Psicoanalizando a Lavín



En mi afán de intentar entender al prójimo, me he puesto a psicoanalizar a Lavín, que muchos sabemos es un católico extremista y que participa en el OPUS DEI.

Entonces imagino que ante su fortuna y su cuna de oro, el cree que Dios decidió que él naciera donde nació, con todas sus ventajas, que Dios quiso que fuera al mejor colegio y universidad que podía pagar, que Dios fue el que quiso que lograra amasar una gran cantidad de dinero. Y que Dios también quiso que Pedrito naciera en un campamento, que anduviera descalzo por el barro y que pasara enfermo una gran cantidad de los inviernos (y que por eso se quedó chaparro); que Dios quiso que Pedrito fuera al colegio municipal a tres cuadras del campamento, donde también iban sus vecinos, en donde con suerte habían sillas y que con gran esfuerzo pudo aprender a leer, en donde gracias al cielo le daban una taza de leche de cuestionable higiene. Intentar cambia eso, estas “realidades” es tan descabellado como usar algún método anticonceptivo, es atentar a las enigmáticas, pero sabias decisiones de Dios.

Además, para él, que los chilenos hayamos nacido en este punto geográfico, donde la inequidad es gigantesca y cuatro familias acaudalan la fortuna del país, mientras el resto está endeudado o simplemente no logra cubrir sus necesidades básicas; No es simple azar, es por obra y gracia de Dios, si las cosas tuvieran que ser distintas Dios no las habría hecho así, o ya las habría cambiado, o lo cambiará cuando él decida, sin que nosotros tengamos que inmiscuirnos; por eso Dios es grande.

Y bueno, que un montón de niños -debe pensar Lavín-, que no respetan y valoran a Dios, la iglesia y el Vaticano, salga a las calles con pancartas e ideas de cambiar el como se vive en Chile, parece obra del innombrable, y es que el mal existe, y actúa de forma disimulada, como lobo vestido de oveja, y aún cuando el discurso de estos niños suena benevolente y a favor del bien común, pues hay que recordar que el innombrable es astuto y usa las palabras a su favor,  engatusa a la gente, pobre gente que no lleva a Dios en su corazón, ni paga el diezmo, si ellos supieran todo el dinero que destinamos a la iglesia, para que crezca y de limosna a los pobres… No agradecen las bendiciones del cielo…

Qué Dios los perdone.

Pero nosotros, confiamos y defendemos las enigmáticas, pero sabias decisiones de Dios.

…Así debe pensar Lavín.

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PD: No creo que todos los católicos piensen igual, así que si por casualidad, usted llego acá señora, señor católico, no se sienta aludido.

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