Balance 2008

Recordando los tiempos en que respondía cadenas de test, y me entretenía leyendo las respuestas de otros, tratando de recordar este año que se nos va y hacer algo así como un balance, sin tomármelo muy a pecho claro, respondo.

• La persona más importante a la que conociste este año: La Mary, aunque técnicamente fue a finales del 2007, pero en el verano de este año fue cuando entablamos una linda amistad.
• La persona que te fallo: Quizá hasta yo misma; No lo sé, no suelo exigirle mucho a la gente, o quizá no directamente, así que no hay mucho espacio para que me fallen directamente, aún no lleguo a eso.

• La persona que te acompaño en los momentos duros: Supongo que mi madre.
• La persona que te mando a la mierda: No lo recuerdo. Quizá tampoco doy espacio para que lo hagan… Acabo de recordar (gracias a la pregunta subsiguiente) que mi mamá lo hizo, me dijo algo así como que ella no tenía hijos y esas cosas, yo lo oí no más, sabiendo que no razonó ni midió sus palabras.
• La persona con la que estuviste: Varias, no soy ermitaña, no completamente al menos ¿En el sentido romántico? ¡Chanfles! Con nadie.
• La persona mas incondicional: Supongo que la Esmeralda, mi santa madre, aunque en cualquier momento me manda a la mierda, por un rato al menos.
La persona que te advirtió: Mmmm… rara vez me dan concejos.
• La enfermedad más penca que te paso: Un resfrío, hace poco, tener fiebre en el verano no es muy agradable.

• La persona que lloro contigo: Mmm… La Esmeralda; Aunque debo confesar que rara vez lloro enfrente a alguien, esa vez fue porque me dio un ataque llanto y ella estaba cerca.
• El momento más feliz: Podría decir cuando pase Álgebra o Cálculo y supe que no me echarían de la U, pero por alguna extraña razón esa institución me causa más pena con las derrotas que alegría con los triunfos. Así que no lo tengo muy claro, pero un momento muy feliz fue un día que estaba en Republica, con la Carla, la Liru y el Roberto, estaba lloviendo y por alguna extraña razón alguien decidió que esperaríamos al Cris en la intersección de Sazie con Republica; y en la espera, mientras nos mojábamos, empezamos a jugar a que nos pisábamos, fue como volver a los cinco años, como muchas veces lo hacemos, pero la lluvia y el no estar bajo algún grado de alcohol, lo hizo inmensamente interesante y feliz.

• El momento más triste: Cuando reprobé Cálculo, me fue a “recuperativa” en otros ramos y la posibilidad de ser expulsada de la U se me hizo enorme.
• El momento mas romántico: Chanfles, me faltan de esos…
• El momento mas lunático: Una ves, como en Junio estábamos en un bar por Republica, pasándola bien, creo, o eso creía, el asunto es que todo iba bien, conversación, risas, preguntándole a gente desconocida que hacia con sus vidas, etc. Luego desaparece una amiga, se comienza a armar un broncón, cuando vuelve otros dos salen y algo habrán conversado, porque cuando volvieron quedó la “manzaca”, llanto, recriminaciones, discusiones; Y yo conversando con un amigo de amigo porque éramos los únicos que no estábamos peleando, más llanto y hasta cachetadas, en fin, fue una noche donde amistades se rompieron y yo fui espectadora y a ratos participes, cuando me metía en medio o yo me metía, con el afán de que no sacaran los cueros y yo me pudiera ir luego a mi casa.
• El momento más enojón: Siempre me enojo a ratos.
• El momento del que estás más orgulloso: Mmmm... Creo que cuando en la primera prueba de Cálculo me saque un 44, y por mucho tiempo me supe la nota más alta.

• El momento más estresante: Cuando me enteré de mi última nota, de mi primer intento de pasar Cálculo y supe que tendría que estudiar mucho, muuucho… Y no sirvió de mucho.

• El mejor carrete: Quizá para mi cumple y fuimos a “La Piojera”, por alguna extraña razón ese lugar me encanta.
• El carrete más producido: No tengo carretes producidos, salen no más, o a lo más nos coordinamos; Y eso a veces cuesta harto.
El carrete más mula: El que hizo este test le importan harto los carretes… Quizá yo exijo poco, pero siempre que carreteo lo paso bien, al menos en algún momento.
El carrete más curador: ¡Válgame! Creo que hay un empate entre uno que fue en el verano, el Bella, que todo el mundo recuerda por un tipo de pastelazo mío; Y uno que fue como en Marzo o Abril, donde con la Carla terminamos en una mesa con unos tipos que trabajan en Lan y por obra y gracia de Dios, y que no perdimos el conocimiento, llegamos bien a su casa, al otro día fui a clases con una muuuy gran resaca, la única que creo me ha dado.
El momento más vergonzoso: Sospecho que soy media desvergonzada… Creo que cuando una vez vomite en una bolsa, en el Parque O’higgins, porque estaba participando en un juego de cartas donde el ganador elegía a quien le daba de beber un trago, luego dos, tres y así, y por alguna extraña razón continuadamente me elegían a mí, aunque no fue en ese momento cuando me medio avergoncé, sino después, cuando lo recordé.
Los mejores consejos: ¿Ya dije que rara vez me dan consejos? Al menos no en el sentido que creo me están preguntando, así que perdón por aquellos que me asesoraron técnicamente.

• Los amigos de carrete: Y hasta de vida, la Naty, la Carla, la Mary, y a veces el José y la Ale.

• Los besos mejores dados: Como que me esta haciendo falta vida romántica o tórrida…

• Las mayores desilusiones: Haber reprobado Cálculo II a pesar del esfuerzo.
• Las ilusiones cumplidas: Mantenerme en la U.
• Las cosas soñadas cumplidas: Quizá mis sueños son a largo plazo, al menos los más profundos; y otros también muy profundos no sucedieron. Aunque hubo un tipo de intento cumplimiento de uno, espejismo o alucinación, sepa Dios que fue, pero no pasó.

• La persona de la cual nunca te esperaste eso bueno: Quizá la Kathy, cuando de alguna forma me brindó apoyo.
• La persona de la cual nunca te esperaste eso malo: ¿Eso malo? Creo que la gente que me dañó, no lo hicieron voluntariamente, así que no hay para que recriminarlas.

• Una canción especial: Over the rainbow de Israel Kamakawiwo'ole
• Una canción de carrete: No tengo.
Una canción que te recuerde a aquella persona: ¿Aquella persona?
Una comida especial: Pizza ¿Se refieren a una oportunidad en el año en que nos reunimos a comer y fue especial? Creo que para el cumple del José, fue comida china y las tipas que nos atendieron le cantaron cumpleaños feliz, con baile y todo; me doble riéndome.
Una llamada linda: Cuando estaba en extremo estresada y la Carla me llamó para saber como iba.

• Un regalo especial: Mujeres de ojos grandes de Ángeles Mastretta.
• Un día de lujo: El día del cine, no ese no, tuve prueba de geometría; Fueron varios… el paseo a cerro 15, sano, comilón, jugado, entretenido.
• Frase del año: ¿Ser o no ser?
Promedio del año: 47
Estado civil actual: Soltera.

Deseo para el próximo año: ¿Se refieren en los que puedo interceder, luchar y pretendo hacer algo para hacerlos realidad? O ¿Aquellos en que no pretendo, realmente, hacer algo o simplemente en los que no puedo hacer mucho?

Pasar los ramos, toditos y a la primera, hacer algún taller entretenido, conseguir trabajo, uno en que tenga un horario prudente y me guste; Estar junto a mi familia y amigos, conocer a más gente, tener alguna aventurilla o hasta conocer el amor y ojalá bajar de peso; También asistir a muchos eventos culturales, conciertos, ir harto al cine, a bares con charlas y explorar más los parques.

Mujeres de ojos grandes

No era bonita la tía Cristina Martínez, pero algo tenía en sus piernas flacas y su voz atropellada que la hacía interesante. Por desgracia, los hombres de Puebla no andaban buscando mujeres interesantes para casarse con ellas y la tía Cristina cumplió veinte años sin que nadie le hubiera propuesto ni siquiera un noviazgo de buen nivel. Cuando cumplió veintiuno, sus cuatro hermanas estaban casadas para bien o para mal y ella pasaba el día entero con la humillación de estarse quedando para vestir santos. En poco tiempo, sus sobrinos la llamarían quedada y ella no estaba segura de poder soportar ese golpe. Fue después de aquel cumpleaños, que terminó con las lágrimas de su madre a la hora en que ella sopló las velas del pastel, cuando apareció en el horizonte el señor Arqueros.

Cristina volvió una mañana del centro, a donde fue para comprar unos botones de concha y un metro de encaje, contando que había conocido a un español de buena clase en la joyería La Princesa. Los brillantes del aparador la habían hecho entrar para saber cuánto costaba un anillo de compromiso que era la ilusión de su vida. Cuando le dijeron el precio le pareció correcto y lamentó no ser un hombre para comprarlo en ese instante con el propósito de ponérselo algún día.

-Ellos pueden tener el anillo antes que la novia, hasta pueden elegir una novia que le haga juego al anillo. En cambio, nosotras sólo tenemos que esperar. Hay quienes esperan durante toda su vida, y quienes cargan para siempre con un anillo que les disgusta, ¿no crees?- le preguntó a su madre durante la comida.

-Ya no te pelees con los hombres, Cristina- dijo su madre-. ¿Quién va a ver por ti cuando me muera?

-Yo, mamá, no te preocupes. Yo voy a ver por mí.

En la tarde, un mensajero de la joyería se presentó en la casa con el anillo que la tía Cristina se había probado extendiendo la mano para mirarlo por todos lados mientras decía un montón de cosas parecidas a las que le repitió a su madre en el comedor. Llevaba también un sobre lacrado con el nombre y los apellidos de

Cristina.

Ambas cosas las enviaba el señor Arqueros, con su devoción, sus respetos y la pena de no llevarlos él mismo porque su barco salía a Veracruz al día siguiente y él viajó parte de ese día y toda la noche para llegar a tiempo. El mensaje le proponía matrimonio: "Sus conceptos sobre la vida, las mujeres y los hombres, su deliciosa voz y la libertad con que camina me deslumbraron. No volveré a México en varios años, pero le propongo que me alcance en España. Mi amigo Emilio Suárez se presentará ante sus padres dentro de poco. Dejo en él mi confianza y en usted mi esperanza".

Emilio Suárez era el hombre de los sueños adolescentes de Cristina. Le llevaba doce años y seguía soltero cuando ella tenía veintiuno. Era rico como la selva en las lluvias y arisco como los montes en enero. Le habían hecho la búsqueda todas las mujeres de la ciudad y las más afortunadas tuvieron el trofeo de una nieve en los portales. Sin embargo, se presentó en casa de Cristina para pedir, en nombre de su amigo, un matrimonio por poder en el que con mucho gusto sería su representante.

La mamá de la tía Cristina se negaba a creerle que sólo una vez hubiera visto al español, y en cuanto Suárez desapareció con la respuesta de que iban a pensarlo, la acusó de mil pirujerías. Pero era tal el gesto de asombro de su hija, que terminó pidiéndole perdón a ella y permiso al cielo en que estaba su marido para cometer la barbaridad de casarla con un extraño.

Cuando salió de la angustia propia de las sorpresas, la tía Cristina miró su anillo y empezó a llorar por sus hermanas, por su madre, por sus amigas, por su barrio, por la catedral, por el zócalo, por los volcanes, por el cielo, por el mole, por las chalupas, por el himno nacional, por la carretera a México, por Cholula, por Coetzálan, por los aromados huesos de su papá, por las cazuelas, por los chocolates rasposos, por la música, por el olor de las tortillas, por el río San Francisco, por el rancho de su amiga Elena y los potreros de su tío Abelardo, por la luna de octubre y la de marzo, por el sol de febrero, por su arrogante soltería, por Emilio Suárez que en toda la vida de mirarla nunca oyó su voz ni se fijó en cómo carambas caminaba.

Al día siguiente salió a la calle con la noticia y su anillo brillándole. Seis meses después se casó con el señor Arqueros frente a un cura, un notario y los ojos de Suárez. Hubo misa, banquete, baile y despedidas. Todo con el mismo entusiasmo que si el novio estuviera de este lado del mar. Dicen que no se vio novia más radiante en mucho tiempo.

Dos días después Cristina salió de Veracruz hacia el puerto donde el señor

Arqueros con toda su caballerosidad la recogería para llevarla a vivir entre sus tías de Valladolid. De ahí mandó su primera carta diciendo cuánto extrañaba y cuán feliz era.

Dedicaba poco espacio a describir el paisaje apretujado de casitas y sembradíos, pero le mandaba a su mamá la receta de una carne con vino tinto que era el platillo de la región, y a sus hermanas dos poemas de un señor García Lorca que la habían vuelto al revés. Su marido resultó un hombre cuidadoso y trabajador, que vivía riéndose con el modo d hablar español y las historias de aparecidos de su mujer, con su ruborizarse cada vez que oía un "coño" y su terror porque ahí todo el mundo se cagaba en Dios por cualquier motivo y juraba por la hostia sin ningún miramiento.

Un año de cartas fue y vino antes de aquella en que la tía Cristina refirió a sus papás la muerte inesperada del señor Arqueros. Era una carta breve que parecía no tener sentimientos. "Así de mal estará la pobre", dijo su hermana, la segunda, que sabía de sus veleidades sentimentales y sus desaforadas pasiones. Todas quedaron con la pena de su pena y esperando que en cuanto se recuperara de la conmoción les escribiera con un poco más de claridad sobre su futuro. De eso hablaban un domingo después de la comida cuando la vieron aparecer en la sala.

Llevaba regalos para todos y los sobrinos no la soltaron hasta que terminó de repartirlos. Las piernas le habían engordado y las tenía subidas en unos tacones altísimos, negros como las medias, la falda, la blusa, el saco, el sombrero y el velo que no tuvo tiempo de quitarse de la cara. Cuando acabó la repartición se lo arrancó junto con el sombrero y sonrió.

-Pues ya regresé -dijo.

Desde entonces fue la viuda de Arqueros. No cayeron sobre ella las penas de ser una solterona y espantó las otras con su piano desafinado y su voz ardiente. No había que rogarle para que fuera hasta el piano y se acompañara cualquier canción.

Tenía en su repertorio toda clase de valses, polkas, corridos, arias y pasos dobles.

Les puso letra a unos preludios de Chopin y los cantaba evocando romances que nunca se le conocieron. Al terminar su concierto dejaba que todos le aplaudieran y tras levantarse del banquito para hacer una profunda caravana, extendía los brazos, mostraba su anillo y luego, señalándose a sí misma con sus manos envejecidas y hermosas, decía contundente: "Y enterrada en Puebla".

Cuentan las malas lenguas que el señor Arqueros no existió nunca. Que

Emilio Suárez dijo la única mentira de su vida, convencido por quién sabe cuál arte de la tía Cristina. Y que el dinero que llamaba su herencia, lo había sacado de un contrabando cargado en las maletas del ajuar nupcial.

Quién sabe. Lo cierto es que Emilio Suárez y Cristina Martínez fueron amigos hasta el último de sus días. Cosa que nadie les perdonó jamás, porque la amistad entre hombres y mujeres es un bien imperdonable.



-Angeles Mastretta

Elizabeth

En realidad no estoy segura que esto sea legal o ético, pero tengo en mente hablar de mis amigos, conocidos queridos o familiares; Y hasta quizá de algún conocido con el que poco me he topado, pero que soy capaz de describir; esto será bajo algún tipo de seudónimo, para que así guarde algún tipo de... “irrealidad”.

Comenzaré por Elizabeth, mi compañera de cine; Delgada, con atributos físicos que envidio, un poco descuidada, quizá con un autoestima no muy desarrollada, cinéfila, con una amplia cultura musical y un no despreciable conocimiento literario; Un poco irónica y sarcástica. Con inteligencia, paciencia y disposición para oír y responder algunas de mis interrogantes filosóficas y hasta metafísicas; Compañera de charlas ideológicas, a la que de ves en cuando entrevisto sobre su “dogma”, la de no creer en el Ente Superior, ya que me parece sorpréndete que alguien no crea en Dios y no pierdo la oportunidad para interrogarla e intentar “comprender” su ateísmo.

Proyecto de profesora de educación básica; sospecho que esa decisión fue tomada en gran parte por la tendencia política izquierdista y en parte, como lo ha reconocido y declarado, porque no sabía muy bien qué ser.

Trabajadora, con algún instinto tacaño, pero que intenta manejar para dejar más tiempo y recursos al disfrute. Inteligente y ratos impulsiva; Un tanto esquiva con las demostraciones de cariño.

Gustosa de los eventos culturales, artísticos, masivos o con poca gente; Acompañante de caminatas, conciertos y tardes en bares.

La conocí en la escuela, a los 14 o 15 años, cuando tuve la maravillosa idea de cambiarme de institución a mitad de año. No fuimos amigas de inmediato; En realidad durante los primeros años no hubo mucha interacción; hasta que tuvimos una amiga en común, Karim, y nos hicimos, o nos hicieron integrantes de “La comunidad” -extrañas organizaciones que se forman en el colegio-. Pero aún a pesar de ser integrantes de aquel grupo, creo que nuestra amistad no se hizo “real” hasta después de terminada la enseñanza media, y “disuelta La comunidad”, cuando comenzamos a ir al cine y charlar más…

Una querida amiga.

Balada de un hombre invisible.

Esta es la historia de un hombre que
tras treinta años de soledad
su esperma intacta se seco
el polen nunca apareció...

Camina solo entre la multitud
espalda curva, mirada sin luz
tan descuidado como suele ocurrir
un calcetín a rayas y otro entero gris
entra en el bar y observa al rededor
entre las mesas, nadie lo advirtió
cogió su gorra, dobla su bestón
y el aire se perfuma con el triste canto de Aznavour...

Laralalala lalala...


Muy buenas noches, otra vez usted
que le sucede hombre, no lo veo bien
un cenicero, lo mismo de ayer
y antes de ayer, y antes y antes de ayer
y así comienza una noche mas...
no hay recuerdos, nada de que hablar
no tubo hijos, mujeres que extrañar...
solo el vacío abismante de una vida que se va...

A eso de las dos, el milagro ocurrió
un alma en pena, llega hasta el mesón...
- "Señor, disculpe ¿Desea una flor...?"
- "¿Me hablas a mi? ¿Acaso me ves?"
- "Entre invisibles nos podemos ver..."

Laralalala lalala...

-La mano ajena



http://www.youtube.com/watch?v=p5aX1v13LSU


Campo de sueños

“Si lo construyes vendrá…”

Le dice una voz a un más joven Kevin Costner, y él, como el más grande de los corajudos y desquiciados, construye un campo de béisbol; Y hasta sale en busca de los personajes faltantes en ese paradisíaco campo.

Esta es una historia suave y hasta intensa; Dulce, semejante a un flan de vainilla o una tarde de campo tenuemente asoleada.

Digamos que habla de fe, de actuar por fe, de arriesgarse por fe, de parecer loco por fe. Y uno se queda meditando hasta que punto uno actuaría por aquel monosílabo que tanta revuelta ha ocasionado a través de la historia y que tan poco a estado presente en la vida de algunos humanos…

Me quedo pensando…

En un momento en que la fe me está pareciendo irreal, fantasiosa, como el hada de la cenicienta, y hasta sospecho que es de ilusos poseerla; Me entran unas ganas enormes de vivir algo similar, tener fe, actuar por fe y que al final todo salga bien.

Lo triste es que la vida no es como las películas y a veces no todo termina tan bien…

… Aunque puede que simplemente aún no termine.

Descargo


Resulta que tengo 22 años y no tengo pareja, novio, pololo o como se diga en las distintas partes del mundo. El echo es que mis primas, que fueron en su mayoría mamás a los quince años y la convivencia con los machos se les hizo común, ya me tildan de solterona, o que para allá voy; Y claro, cuando me dicen “…y Claudia ¿Cuándo nos traes un pololo? Y yo las miro y les digo que no se, he insisten y me advierten que ya estoy grande, como si yo no lo notará, que me apure porque quizá me quede solterona…”, no me siento muy mal, ni me enojo, quizá me incomodo, y hasta me convenzo a ratos a mi misma que prefiero ser solterona, que andar arrastrando dos separaciones, cinco niños mal enseñados que la primera palabra que aprendieron a decir es “chetumade”, y que se aprenden un reggaeton antes que la “cuncuna amarilla”…


Pero en realidad igual es un poco triste esta posición, porque ya uno se aburre los domingo en la tarde, porque no tienen que hacer, y siente que no está aprovechando la juventud, y tus amigas te empiezan a contar que Juanito le dijo esto, que otra ves peleo con el novio; Y pasas a ser el confesor en ves de la compañera de aventuras, y no sabes si envidiarlas por la vida vertiginosa o sentirte con suerte por poseer paz, o aburrimiento, en la ya mencionada tarde.


Además los mencionados amigos, te empiezan a excluir, quizá es inconsciente, pero lo hacen, porque solo salen emparejados y ya no te invitan o te condenan a tocar el violín, y tienes que oír cuando se están jurando amor eterno, o cuando se ponen a pelear a muerte por detalles raro; y ambas situaciones son igualmente incomodas y tristes.


Aparte de estas molestias, y de no poder ir a ciertos lugares, como conciertos u otros, por que tu amiga Juanita va a ir con Pablito, y Maria con Nelsiton, y los amigos que te quedan solteros tienen que trabajar o estudiar y tu vida social esta reducida, ya que los eventos sociales a los que puedes asistir disminuyen a medida que tus amigo se emparejan; La sociedad te presiona, y el reloj del tiempo te va como aplastando, porque a pesar que uno tenga un discurso todo feminista, de que no tengo porque ser feliz sólo con un hombre, o que la paciencia es la mayor virtud, que las cosas hay que tomárselas con calma, y uno este medianamente tranquila con el tema; Tus amigos, primos, tíos y demás, por suerte a mí mis padres aún no me atacan por esa trinchera; Todos ellos, se encargan de contradecirte y medio te convencen y te hacen creer que es obligación tener pareja, que si no es así algo anda mal contigo; Y para colmo te discriminan, te tildan de solterona y hasta te culpan por ello, como si uno quisiera pasar por todos estos inconvenientes.


… Lo encuentro descabellado.




El principito y el zorro


XXI


Fue entonces cuando apareció el zorro:

-¡Buenos días! -dijo el zorro.

-¡Buenos días! -respondió cortésmente el principito que se volvió pero no vio nada.

-Estoy aquí, bajo el manzano -dijo la voz.

-¿Quién eres tú? -preguntó el principito-. ¡Qué bonito eres!

-Soy un zorro -dijo el zorro.

-Ven a jugar conmigo -le propuso el principito-, ¡estoy tan triste!

-No puedo jugar contigo -dijo el zorro-, no estoy domesticado.

-¡Ah, perdón! -dijo el principito.

Pero después de una breve reflexión, añadió:

-¿Qué significa "domesticar"?

-Tú no eres de aquí -dijo el zorro- ¿qué buscas?

-Busco a los hombres -le respondió el principito-. ¿Qué significa "domesticar"?

-Los hombres -dijo el zorro- tienen escopetas y cazan. ¡Es muy molesto! Pero también crían gallinas. Es lo único que les interesa. ¿Tú buscas gallinas?

-No -dijo el principito-. Busco amigos. ¿Qué significa "domesticar"? -volvió a preguntar el principito.

-Es una cosa ya olvidada -dijo el zorro-, significa "crear lazos... "

-¿Crear lazos?

-Efectivamente, verás -dijo el zorro-. Tú no eres para mí todavía más que un muchachito igual a otros cien mil muchachitos. Y no te necesito. Tampoco tú tienes necesidad de mí. No soy para ti más que un zorro entre otros cien mil zorros semejantes. Pero si me domesticas, entonces tendremos necesidad el uno del otro. Tú serás para mí único en el mundo, yo seré para ti único en el mundo...

-Comienzo a comprender -dijo el principito-. Hay una flor... creo que ella me ha domesticado...

-Es posible -concedió el zorro-, en la Tierra se ven todo tipo de cosas.

-¡Oh, no es en la Tierra! -exclamó el principito.

El zorro pareció intrigado:

-¿En otro planeta?

-Sí.

-¿Hay cazadores en ese planeta?

-No.

-¡Qué interesante! ¿Y gallinas?

-No.

-Nada es perfecto -suspiró el zorro.

Y después volviendo a su idea:

-Mi vida es muy monótona. Cazo gallinas y los hombres me cazan a mí. Todas las gallinas se parecen y todos los hombres son iguales; por consiguiente me aburro un poco. Si tú me domesticas, mi vida estará llena de Sol. Conoceré el rumor de unos pasos diferentes a todos los demás. Los otros pasos me hacen esconder bajo la tierra; los tuyos me llamarán fuera de la madriguera como una música. Y además, ¡mira! ¿Ves allá abajo los campos de trigo? Yo no como pan y por lo tanto el trigo es para mí algo inútil. Los campos de trigo no me recuerdan nada y eso me pone triste. ¡Pero tú tienes los cabellos dorados y será algo maravilloso cuando me domestiques! El trigo, que es dorado también, será un recuerdo de ti. Y amaré el ruido del viento en el trigo.

El zorro se calló y miró un buen rato al principito:

-Por favor... domestícame -le dijo.

-Bien quisiera -le respondió el principito pero no tengo mucho tiempo. He de buscar amigos y conocer muchas cosas.

-Sólo se conocen bien las cosas que se domestican -dijo el zorro-. Los hombres ya no tienen tiempo de conocer nada. Lo compran todo hecho en las tiendas. Y como no hay tiendas donde vendan amigos, Los hombres no tienen ya amigos. ¡Si quieres un amigo, domestícame!

-¿Qué debo hacer? -preguntó el principito.

-Debes tener mucha paciencia -respondió el zorro-. Te sentarás al principio un poco lejos de mí, así, en el suelo; yo te miraré con el rabillo del ojo y tú no me dirás nada. El lenguaje es fuente de malos entendidos. Pero cada día podrás sentarte un poco más cerca...

El principito volvió al día siguiente.

-Hubiera sido mejor -dijo el zorro- que vinieras a la misma hora. Si vienes, por ejemplo, a las cuatro de la tarde; desde las tres yo empezaría a ser dichoso. Cuanto más avance la hora, más feliz me sentiré. A las cuatro me sentiré agitado e inquieto, descubriré así lo que vale la felicidad. Pero si tú vienes a cualquier hora, nunca sabré cuándo preparar mi corazón... Los ritos son necesarios.

-¿Qué es un rito? -inquirió el principito.

-Es también algo demasiado olvidado -dijo el zorro-. Es lo que hace que un día no se parezca a otro día y que una hora sea diferente a otra. Entre los cazadores, por ejemplo, hay un rito. Los jueves bailan con las muchachas del pueblo. Los jueves entonces son días maravillosos en los que puedo ir de paseo hasta la viña. Si los cazadores no bailaran en día fijo, todos los días se parecerían y yo no tendría vacaciones.

De esta manera el principito domesticó al zorro. Y cuando se fue acercando el día de la partida:

-¡Ah! -dijo el zorro-, lloraré.

-Tuya es la culpa -le dijo el principito-, yo no quería hacerte daño, pero tú has querido que te domestique...

-Ciertamente -dijo el zorro.

- ¡Y vas a llorar!, -dijo él principito.

-¡Seguro!

-No ganas nada.

-Gano -dijo el zorro- he ganado a causa del color del trigo.

Y luego añadió:

-Vete a ver las rosas; comprenderás que la tuya es única en el mundo. Volverás a decirme adiós y yo te regalaré un secreto.

El principito se fue a ver las rosas a las que dijo:

-No son nada, ni en nada se parecen a mi rosa. Nadie las ha domesticado ni ustedes han domesticado a nadie. Son como el zorro era antes, que en nada se diferenciaba de otros cien mil zorros. Pero yo le hice mi amigo y ahora es único en el mundo.

Las rosas se sentían molestas oyendo al principito, que continuó diciéndoles:

-Son muy bellas, pero están vacías y nadie daría la vida por ustedes. Cualquiera que las vea podrá creer indudablemente que mí rosa es igual que cualquiera de ustedes. Pero ella se sabe más importante que todas, porque yo la he regado, porque ha sido a ella a la que abrigué con el fanal, porque yo le maté los gusanos (salvo dos o tres que se hicieron mariposas ) y es a ella a la que yo he oído quejarse, alabarse y algunas veces hasta callarse. Porque es mi rosa, en fin.

Y volvió con el zorro.

-Adiós -le dijo.

-Adiós -dijo el zorro-. He aquí mi secreto, que no puede ser más simple: Sólo con el corazón se puede ver bien. Lo esencial es invisible para los ojos.

-Lo esencial es invisible para los ojos -repitió el principito para acordarse.

-Lo que hace más importante a tu rosa, es el tiempo que tú has perdido con ella.

-Es el tiempo que yo he perdido con ella... -repitió el principito para recordarlo.

-Los hombres han olvidado esta verdad -dijo el zorro-, pero tú no debes olvidarla. Eres responsable para siempre de lo que has domesticado. Tú eres responsable de tu rosa...

-Yo soy responsable de mi rosa... -repitió el principito a fin de recordarlo.



Frag."El principito"
por Antoine de Saint-Exupery.

...yo sería un pez y nadaría por ti

Para una joven amiga
que intentó quitarse la vida.

Me gustaría ser un nido si fueras un pajarito
me gustaría ser una bufanda si fueras un cuello y tuvieras frío
si fueras música yo sería un oído
si fueras agua yo sería un vaso
si fueras luz yo sería un ojo
si fueras pie yo sería un calcetín
si fueras el mar yo sería una playa
y si fueras todavía el mar yo sería un pez y nadaría por ti
y si fueras el mar yo sería sal
y si yo fuera sal tú serías una lechuga
una palta o al menos un huevo frito
y si tú fueras un huevo frito yo sería un pedazo de pan
y si yo fuera un pedazo de pan tú serías mantequilla o mermelada
y si tú fueras mermelada yo sería el durazno de la mermelada
y si yo fuera un durazno tú serías un árbol
y si tú fueras un árbol yo sería tu savia y correría por tus brazos como sangre
y si yo fuera sangre viviría en tu corazón.



-Claudio Bertoni


Atrayendo...

Soñar no cuesta nada


Siempre miraba en la puerta
en el suelo a la entrada
por si había algún papelito
por si se te había ocurrido pasar
por si habías sentido la necesidad de pasar
y siempre que volvía de Viña
tenía el sueño de encontrarte ahí
sentada en la puerta
sentada en la escalera
y siempre te saludaba
y así me aliviaba,
en una ínfima medida me aliviaba.
también cuando los perros ladraban mucho
pensaba que eras tú
que podías ser tú
porque así le ladran los perros a las personas
que no conocen
y el viento en las ramas del damasco
y en las hojas
y el viento en las plantas
también eras tú
también podías ser tú
y los perritos que vienen a pedir cáscaras de queso
también podías ser tú
pero nunca fuiste tú
nunca en ninguno de estos casos fuiste tú
siempre fue el viento
y los perritos
y los pasos de otras personas
y los ladridos para otras personas
y ya no te confundo con los pies de los perritos
y ya no te confundo con el viento entre las ramas
y ya no te confundo con el viento entre las hojas
y ya no te confundo con el viento entre las plantas
y ya no te confundo conmigo
y ya no me confundo contigo
y ya no nos confundo a los dos.

-Claudio Bertoni

Ensayo y Error...

Últimamente, acompañando a mis pensamientos de caminata, que consisten principalmente en monólogos, diálogos con mi alma, oraciones, carretes inventados, novelas rosa en que soy la protagonista, o la invención de la protagonista, inicios de entradas y preguntas como ¿Por qué se eligió 360º para darle la vuelta entera a los grados y no otro número? He estado preguntándome a qué momento de mi vida volvería, en un retroceso en el tiempo, para hacerlo todo mejor, o distinto, en su defecto, para que el presente no traiga a cuentas lo que trae a cuestas.

El punto es que hoy, cuando me bajé de la micro, terminando de cruzar la calle, lo elegí; Las vacaciones del 2001, justo cuando iba a cursar primero medio; Y empezó la telenovela, yo en el verano con la idea determinante de bajar de peso, llegando a la sala de clases con kilos menos y sabiendo quienes serían mis compañeros, acercándome, a los que ya sé me caerían bien. No rechazando ese beso que una vez, un compañero me quiso dar, porque al final me peso. Cambiándome de escuela, igual no más, porque creo que fue buena idea, haciéndome amiga de inmediato de las personas que lo siguen siendo, saltándome los “ensayos”. Acercándome osadamente al chico que me gustó, y que al final no pasó nada, quién sabe al final quizás y terminábamos ennoviados, tenga usted en cuenta que esto pasaba en mi mente. Y fue ahí cuando la idea me dejo de parecer tan tentativa, y no es que me moleste la idea del pololeo; Lo que sucede es que me percaté, que si hubiese sido así, como en mi dimensión aparte; yo no hubiese terminado dándome besos con otro ser alto en la escalera de mi casa, ni el primero pololeando con otras chicas, o quizá igual, porque seguramente no sería eterna la relación, pero las chicas serían otras, en otro tiempo, y nosotros probablemente no seriamos los mismo; A lo que voy, es que el cambiar mi pasado influiría en muchas vidas, como la del chico alto o las novias del primero y muchas más.

Además que cuando entre a esa primera escuela, me acerque a gente que después no me cayo bien, pero me ayudaron a “localizar” a los que sí; Lo mismo paso en la segunda, y sospecho que forjé mis lazos gracias a “desastres”, sucesos que parecieron medios catastróficos al principio.

También supuse que de seguro no me metería a castellano para luego salirme, vivir un horrible medio año, para al otro meterme a matemática; Y quizá esa parte de mi vida si me sirvió, así lo siento.

Quizá la vida es a ensayo y error; y quien sabe quizá los propios errores son los que nos ayudan a encausarnos a lo hermoso de la vida, como la amistad, la fraternidad, el amor o los éxitos; vaya a saber que encuentra usted hermoso.

No es lo que imagino, o imaginé.

Hay una escena en la película “Réquiem por un sueño”, en la cual la protagonista sentada en la tina, mete la cabeza al agua y da un grito…La pobre está hasta el cuello.

Tengo ganas de dar ese tipo de grito.

Recuerdo, que una ves, hace ya años, cuando estaba en el limbo en mi vida académica, venía de un paseo con una vieja amiga -a la que tontamente perdí- charlábamos de mí, de mi triste y estresante posición, de los pasos a seguir y de que a pesar de todo, era lindo tenernos para hacernos compañía. Esa noche al bajarme de la micro, me adentré al sitio eriazo donde me dejaba el transporte público, y di un grito, uno que medio me liberó del estrés y me hizo conciente del lugar en donde estaba, y recordé que ese lugar es re peligroso, corrí a mi casa.

Creo que la desilusión que me di al darme cuenta, al aceptar mejor dicho, que la vida no es lo que imagino o imaginé, aún no la supero.

O quizá aún no lo acepto por completo…

¡Rayos! A veces creo que me estoy convirtiendo en esos seres que como dice Lemebel sueñan muy poco, sueñan a crédito, no sueñan lo imposible…

Pero ¿Hace bien soñar?

He comenzado a sospechar que las crisis existenciales son una constante en mi ser, si llego así a los 40 va a ser una gran proeza.



Adicciones



Quizá tengo adicciones más grandes
que a la del chocolate...





Es extraño, pero todo el día he tenido la sensación de que alguien está de cumpleaños. He hecho un recuento metal desde familiares, amigos, hasta conocidos y nada. Hasta le pregunte a mi santa madre, que parece una agenda electrónica en ese aspecto; y solo me nombró los próximos cumpleaños.

Es extraño, la sensación me ha perseguido todo el día.

Alguien está de cumpleaños...

21 de Noviembre.

El día del perdón: Yom Kippur

En el Día Judío del Perdón:

En el día del Yom Kippur, el rabino Elimelekh de Lisensk llevó a sus discípulos adonde trabajaba un albañil.

-Fijaos en el comportamiento de este hombre –les dijo, -pues él consigue entenderse bien con el Señor.

Sin darse cuenta de que estaba siendo observado, el albañil concluyó sus tareas y se acercó a la ventana. Sacó del bolsillo dos pedazos de papel, y los levantó hacia lo alto, diciendo:

-Señor, en una hoja he escrito la lista de mis pecados. He cometido algunos errores, y no tengo por qué esconder que Te ofendí en varias ocasiones. En el otro papel está la relación de Tus faltas para conmigo. Me exigiste más de lo necesario, me trajiste momentos difíciles, y me hiciste sufrir. Si comparamos las dos listas, estás en deuda conmigo. Pero como hoy es el Día del Perdón, Tú me perdonas, yo te perdono, y continuamos juntos nuestro camino durante un año más.

http://www.warriorofthelight.com/espa/index.html

A veces la relación más complicada, es la que se tiene con Dios; Y es que no verlo ya causa un tipo de dilema, el no oírlo causa un tipo incomunicación; Y a ratos el no sentirlo causa frustración y desolación.

Recuerdo que cuando leí esta historia, hace ya algunos años me causo sorpresa, simpatía, empatía y hasta admiración.

Supongo que quien crea en Dios, alguna vez ha sentido que les fallo, actúo injustamente, o en desmedro del propio bien. Pero quienes son piadosos no se atreven a pensar en Dios como un ser que se equivoca y suelen echarse la culpa, o creer que es un tipo de prueba.

Frente a mi relación con el supremo, no sé. Antes lo creía como lo describe la Biblia, a ratos perdonador y a ratos sangriento justiciero; y no sabia si temerle o amarlo. Supongo que termine amándolo, en desmedro de la lógica y el razonamiento escéptico. Creyendo que de alguna forma Él maneja el destino, que tiene un tipo de plan amoroso y sabio; Maktub como dirían en el otro lado del mundo. Y de ese modo me parezco más a los piadosos, creyentes, que al albañil que le dijo a Dios que estaba en deuda con él.

Pero sospecho que a pesar de las diferencias de estatus que existen con Dios, ya que en el consiente humano Él está por encima de todo; muchos tenemos algo que perdonarle, ya sea una perdida, un gran dolor, una gran injusticia, una gran caída, abandonos, frustraciones, etc. Y claro, también hay porqué pedir perdón, como ofensas, el causar dolor a otros, el no cumplir promesas, mentir, etc.

Quizá necesitamos perdonarnos, sentarnos a penar que heridas siguen abiertas, cuales no se han remediado, cuales dan vueltas y vueltas en nuestra alma y hacer algo para sanarlas. Y pensar también qué daños hemos causado, para no repetirlos.

Quizá necesitamos un día del perdón; Y así charlar con el Supremo, decirle que continuamos sin recorres, que le pedimos perdón y que lo perdonamos, que vamos por la vida como cómplices, con la fiesta en paz, confiando, teniendo fe, esforzándonos.

A ver si las heridas cicatrizan.

Yom Kipur

Comienzo (al ocaso)

Fin (al anochecer)

5769

8 de octubre de 2008

9 de octubre de 2008

5770

27 de septiembre de 2009

28 de septiembre de 2009

http://es.wikipedia.org/wiki/Yom_Kipur

Por eso escribo...

Este mis amigos es un ejercicio de comunicación...


¿Comunicación con quién se preguntaran ustedes?


Quizá conmigo misma, con las ideas. Pretendo ser profesora, y antes de eso pretendía ser escritora, quizá algún día lo vuelva a pretender y frente a los doblez del destino, intento prepararme.


Migamos que no hablo mucho, frente a un dialogo soy la que menos intervengo, a menos que la competencia sea muy grande y tenga a un ser extremadamente tímido a mi lado, ahí es ese ser el que menos interviene. El asunto es que en el acto de transformar las ideas en palabras claras, descifrables, efectivas y sensibles es un arte, un tipo de ciencia bella y complicada. Y como al parecer mi destino es luchar para alcanzar logros, frente a la traducción de mis ideas en palabras debo esforzarme, practicar, para darme a entender con sencillez, simpleza y belleza.


Por eso escribo, por eso elijo algún tema he intento desarrollarlo, por eso frente a las abrumadas tardes, intento de alguna forma sutil explotar en palabras para que la catarsis trabaje y las ulceras no sean parte de mi cuerpo. Y sea capaz de alguna expresar en palabras mis sentires, mis incógnitas, mis neblinas…


Por eso escribo, como un ejercicio de comunicación; para algún día acercarme a dominar este arte; el arte de comunicar.

Relatividad

Digamos que no creo en verdades absolutas; ni siquiera creo mucho en las verdades. Tampoco creo en las recetas de la vida; cierra círculos, aclara las cosas, se valiente, se honesta, se astuta, se directa, ten coraje, ten calma, grita, baila, detente, juega limpio, muéstrate indiferente, se amable, ama, deja atrás, sal a correr, haz como si fueras sumisa, rompe el hielo, da el primer paso, emprende…

Tantos consejos que andan dando vuelta; y gran parte de la gente cree que son los ingredientes para hacerse feliz o los venden como tal.

A veces participo en el juego, leo y leo; la sabiduría del pueblo, religiosa, de la masa o de individuos.

Quizá a veces hasta creo y hasta los practico.

Pero sospecho que la “creencia” predominante en mi cabeza atareada, es la de que en la vida no hay recetas; porque “estrategias” que parecen resultar en ocasiones, son un terrible desastre en otras; “sutilezas” de la relatividad.

Relatividad.

Quizá si no tuviera esta permanente sensación de perplejidad, incertidumbre, confusión y de estar perdida; no escribiría al aire.

Maldita relatividad, a veces la odio tanto, y otras me fascina.

Las etapas.

Siempre es preciso saber cuándo se acaba una etapa de la vida. Si insistes en permanecer en ella, más allá del tiempo necesario, pierdes la alegría y el sentido del resto. Cerrando círculos, O cerrando puertas, O cerrando capítulos. Como quiera llamarlo, lo importante es poder cerrarlos, dejar ir momentos de la vida que se van clausurando.

¿Terminó con su trabajo? ¿Se acabó la relación? ¿Ya no vive más en esa casa? ¿Debe irse viaje? ¿La amistad se acabó?

Puede pasarse mucho tiempo de su presente "revolcándose" en los porqués,
en devolver el casete y tratar de entender por qué sucedió tal o cual hecho.

El desgaste va a ser infinito porque en la vida, usted, yo, su amigo, sus hijos, sus hermanas, todos y todas estamos abocados a ir cerrando capítulos, a pasar la hoja, a terminar con etapas, o con momentos de la vida y seguir adelante.

No podemos estar en el presente añorando el pasado. Ni siquiera preguntándonos por qué. Lo que sucedió, sucedió, y hay que soltar, hay que desprenderse. No podemos ser niños eternos, ni adolescentes tardíos, ni empleados de empresas inexistentes, ni tener vínculos con quien no quiere estar vinculado a nosotros.

No ¡Los hechos pasan y hay que dejarlos ir! Por eso a veces es tan importante destruir recuerdos, regalar presentes, cambiar de casa, papeles por romper, documentos por tirar, libros por vender o regalar. Los cambios externos pueden simbolizar procesos interiores de superación. Dejar ir, soltar, desprenderse. En la vida nadie juega con las cartas marcadas, y hay que aprender a perder y a ganar. Hay que dejar ir, hay que pasar la hoja, hay que vivir sólo lo que tenemos en el presente. El pasado ya pasó.

No esperen que le devuelvan, no espere que le reconozcan, no espere que alguna vez se den cuenta de quién es usted. Suelte el resentimiento, el prender "su televisor personal" para darle y darle al asunto, lo único que consigue es dañarlo mentalmente, envenenarlo, amargarlo.

La vida está para adelante, nunca para atrás. Porque si usted anda por la vida dejando “puertas abiertas”, por si acaso, nunca podrá desprenderse ni vivir lo de hoy con satisfacción. Noviazgos o amistades que no clausuran, posibilidades de "regresar" (¿a qué?), necesidad de aclaraciones, palabras que no se dijeron, silencios que lo invadieron ¡Si puede enfrentarlos ya y ahora, hágalo! Si no, déjelo ir, cierre capítulos. Dígase a usted mismo que no, que no vuelve.

Pero no por orgullo ni soberbia, sino porque usted ya no encaja allí, en ese lugar, en ese corazón, en esa habitación, en esa casa, en ese escritorio, en ese oficio. Usted ya no es el mismo que se fue, hace dos días, hace tres meses, hace un año, por lo tanto, no hay nada a que volver.

Cierre la puerta pase la hoja, cierre el círculo. Ni usted será el mismo, ni el entorno al que regresa será igual, porque en la vida nada se queda quieto, nada es estático.

Es salud mental, amor por usted mismo, desprender lo que ya no está en su vida. Recuerde que nada ni nadie es indispensable. Ni una persona, ni un lugar, ni un trabajo, nada es vital para vivir porque: Cuando usted vino a este mundo “llegó” sin ese adhesivo, por lo tanto es "costumbre" vivir pegado a él, y es un trabajo personal aprender a vivir sin él, sin el adhesivo humano o físico que hoy le duele dejar ir. Es un proceso de aprender a desprenderse y, humanamente se puede lograr porque, le repito, nada ni nadie nos es indispensable. Sólo es costumbre, apego, necesidad.

Pero.... cierre, clausure, limpie, tire, oxigene, despréndase, sacuda, suelte. Hay tantas palabras para significar salud mental y cualquiera que sea la que escoja, le ayudará definitivamente a seguir para adelante con tranquilidad.


¡Esa es la vida!

-Paulo Cohelho.



Mar adentro


"Mar adentro, mar adentro. Y en la ingravidez del fondo, donde se cumplen los sueños. Se unen tantas voluntades para cumplir un deseo. Un beso enciende la vida con un relámpago y un trueno. Y en una metamorfosis mi cuerpo ya no es mi cuerpo. Es como penetrar al centro del universo. El abrazo más pueril y el más puro de los besos, hasta vernos reducidos en un único deseo. Tu mirada y mi mirada, como un eco repitiendo, sin palabras: más adentro, más adentro. Hasta el más allá del todo por la sangre y por los huesos. Pero me despierto siempre y siempre quiero estar muerto. Para seguir con mi boca enredada en tus cabellos."



-Ramón Sampedro, Mar Adentro


¿Dar sin recibir?


Sospecho que la religión siempre va a causar un cierto remezón en mi alma. Sospecho que de alguna forma poseo las características para ser una devota cristiana, budista o lo que sea. Pero el asunto es que lo he intentado, al menos por las tendencias cristianas y no me ha funcionado. Ya que el seguimiento del santo libro me provoca una crisis existencial tan grande que hasta enferma mi cuerpo. Pero a pesar de ello, recaigo, como un alcohólico que guarda una botella de licor bajo su colchón y de vez en cuando bebe una tapita, o se emborracha.

Lo que hoy inquietó mi alma, o aquel ser religioso dentro de mi estómago, fue un texto que por simple coincidencia leí en Facebook; sí porque yo en vez de estar estudiando para mi prueba de mañana, estaba ociando en aquel lugar, cuando me encuentro con la semejante novedad que en este tipo de comunidad existen “notas escritas”, y frente a aquella necesidad de leer pensamientos ajenos me quede leyendo; ¿Dar sin recibir?

Un tipo que dirige confirmaciones hace un tipo de discurso sobre el tema: “Dar sin recibir”, trasladándome a los tiempos en que escuchaba palabras bonitas, de gente bonita, que me hablaban de amor generoso, recelo ante Dios y humildad; el dar la otra mejilla y todo aquello que conoce quien tuvo siquiera un poco de crianza cristiana.

Y ante las ausencias de tomar aquella tapita del licor escondido bajo el colchón; me emborracho, porque si bien creo en Dios y a menudo oro, me pregunto si en verdad ese Ser Supremo desea que demos sin esperar nada a cambio, o a cambio, mejor dicho, del cielo; porque entre ejemplos y citas bíblicas, este tipo afirmó que a pesar de que parecía que nada estábamos recibiendo, en algún momento la “recompensa” seria dada, y Dios sería el que nos retribuiría y que a fin de cuentas es Él el que recogía aquel cariño que pareció no ser recibido por terceros, se oye bonito. Entonces ¿Realmente se está dando sin esperar nada a cambio? Contradicciones religiosas que provocan que caiga en crisis existenciales.

Pero a pesar de ello, y tomando en cuenta que mi fe es tan amorfa como una plasticina aplastada. Digamos que sospecho que quizá Dios si espera que demos sin esperar algo a cambio, ni siquiera que Él nos recompense. Por pura solidaridad o naturaleza. Y creo que no es tan difícil, pero cuando el dar es una conducta reiterada y no son objetos los que se están regalando, sino sentimientos y hasta amor, quizá el asunto se torna más complicado. Porque uno puede querer mucho a una amiga, amigo, amante o persona X, llamarla, buscarla, invitarla a paseos, etc. Y cuando los rechazos empiezan a ser frecuentes, y el entusiasmo por los encuentros no son el mismo y la complicidad es casi inexistente, creo que el asunto se vuelve un poco triste y quizá hasta insano, y se opta por el silencio, las distancias, por desistir y se deja de dar ese cariño que se tenía dentro. Y varias de las veces sucede sin darnos ni cuenta…

¿Entonces estoy pecando? ¿Acaso debo buscar otra forma de entregar el cariño? ¿Pero si no es con la presencia o el estar cómo se entrega el amor? ¿Dios espera que sigamos estando a pesar de la ausencia o desinterés de la contraparte? ¿Y cuando ese entregar cariño no retribuido no permite avanzar?

¿Y que se hace con el amor? ¿El romántico? ¿Acaso ese tipo de amor no es de a dos? ¿Lo sigo entregando? ¿Acaso el desamor no se enfrenta siguiendo el camino y esperando a que la vida avance?

¿Me estaré confundiendo?

Despedida


La Marioneta

"Si por un instante Dios se olvidara de que soy una marioneta de trapo y me regalara un trozo de vida, posiblemente no diría todo lo que pienso, pero en definitiva pensaría todo lo que digo.

Daría valor a las cosas, no por lo que valen, sino por lo que significan. Dormiría poco, soñaría más, entiendo que por cada minuto que cerramos los ojos, perdemos sesenta segundos de luz. Andaría cuando los demás se detienen, despertaría cuando los demás duermen.Escucharía cuando los demás hablan, y ¡cómo disfrutaría de un buen helado de chocolate!

Si Dios me obsequiara un trozo de vida, vestiría sencillo, me tiraría de bruces al sol, dejando descubierto, no solamente mi cuerpo sino mi alma.

Dios mío, si yo tuviera un corazón, escribiría mi odio sobre el hielo, esperaría a que saliera el sol. Pintaría, con un sueño de Van Gogh, sobre las estrellas un poema de Benedetti y una canción de Serrat, sería la serenata que le ofrecería a la luna. Regaría con mis lágrimas las rosas para sentir el dolor de sus espinas y el encarnado beso de sus pétalos...

Dios mío, si yo tuviera un trozo de vida..... No dejaría pasar un solo día sin decirle a la gente que quiero, que la quiero. Convencería a cada mujer u hombre de que son mis favoritos y viviría enamorado del amor. A los hombres les probaría cuán equivocados están al pensar que dejan de enamorarse cuando envejecen ¡Sin saber que envejecen cuando dejan de enamorarse!

A un niño le daría alas, pero le dejaría que él solo aprendiese a volar. A los viejos les enseñaría que la muerte no llega con la vejez, sino con el olvido.

Tantas cosas he aprendido de ustedes, los hombres..... He aprendido que todo el mundo quiere vivir en la cima de la montaña, sin saber que la verdadera felicidad está en la forma de subir la escarpada. He aprendido que cuando un recién nacido aprieta con su pequeño puño por vez primera, el dedo del padre, lo tiene atrapado por siempre. He aprendido que un hombre sólo tiene derecho a mirar a otro hacia abajo, cuando ha de ayudarle a levantarse. Son tantas las cosas que he podido aprender de ustedes, que realmente de mucho no habrán de servir, porque cuando me guarden dentro de esa maleta, infelizmente me estaré muriendo".

-Johnny Welch (‘?)

-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-

Existe una polémica sobre el autor de esta obra, muchos se lo atribuyen a Gabriel García Márquez, quien al parecer niega su autoría y afirma que el nunca escribiría algo tan ridículo.

Pero escabullendo por los recónditos parajes de Internet me he encontrado con varias versiones, que van desde una estafa de una editorial a que el mismo García Márquez lo escribió antes de ser famoso y ahora se avergüenza de la poca calidad de su escrito.

Pero la más plausible, hasta el momento, parece ser la que Johnny Welch, un comediante mejicano y ventrílocuo es el autor, y fue de la boca de su marioneta, Don Monfles, de donde salieron estas bellas palabras; Y que para esclarar esta situación, estuvieron en el noticiero de Joaquin Lopez Doriga, tanto Gabriel García Márquez como Mofles, donde el escritor dijo que era un poema muy bonito que mucha gente le atribuía a el, pero que no era de el.



Por mi parte me encanta este poema, es el notar y valorar las sensaciones de la vida, de los sentimientos, de las personas, de las experiencias. Y me parece bastante lógico que lo haya escrito un comediante, porque las personas que dedican su vida a hacernos reír, suelen ser sensibles, inteligentes, críticos y ven el mundo desde una perspectiva diferente; logran de alguna forma ver lo graciosos, lo bello, lo real y resaltarlo contarlo con gracia.

Además desde hace años, cuando leo este poema me imagino a una marioneta recitando ente poema, sobre una rodilla y un lúgubre escenario.

Triskel



Símbolo de origen celta, que también se ha visto en culturas tan distantes como la cultura guerrera china, y su diseño está lleno de variantes e incógnitas misteriosas.

Para los celtas el número 3 era el símbolo de la divinidad, lo cual no es de extrañar, ya que gran parte de las creencias desde oriente hasta occidente, coinciden con el valor místico y divino que encierra este número; como la divina trinidad en el caso de la religión católica.

Según la cultura celta, este símbolo representa:

-La evolución y el crecimiento.

-El equilibrio entre cuerpo, mente y espíritu.

-Los tres elementos fundamentales, el agua, la tierra y el aire.

-Las tres dimensiones, alto, ancho y largo.

-La trinidad Pasado, Presente y Futuro.

Además manifiesta el principio y el fin, la eterna evolución y el aprendizaje perpetuo.

A pesar de la antigüedad del triskel, representa creencias y cultos vivientes, que le atribuyen a este símbolo poderes curativos, pacificadores y hasta mágicos, además de connotaciones espirituales.




PD: La historia y el significado de este símbolo produce que me parezca fascinante y un gran candidato a ser tatuado.

Netgrafía:

http://www.wikilearning.com/articulo/el_triskel_la_trinidad_celta-la_figura_del_triskel/19885-3

http://www.esquinamagica.com/articulosombras.php?id1=2&id2=21&idar=99

Wikipedia


"Quien volviendo a hacer el camino viejo

aprende el nuevo,
puede considerarse un maestro."



-Confucio

Reinventarse

Sospecho que el estancamiento se parece mucho a la muerte; y es quizá aún peor, por que de la muerte se sabe poco y cabe la posibilidad que sea un proceso lindo o sin síntomas, como un largo sueño sin imagines ni emociones; Lo cual se parecería mucho a como se era antes de nacer, lo cual no es tan aterrador. En cambio el estancamiento es asfixiante; frustrante, triste, invadido de ansiedad.

He pensado en la palabra reinventarse; A ratos me entran unas enormes ganas de escapar, de marcharme al mar. Pedir un empleo de camarera de medio tiempo, vivir en un pequeño cuarto, con un colchón tirado, una radio y varios libros; Cerca del mar. Caminar por la húmeda arena cada mañana, con los zapatos en las manos, haciéndolos oscilar. Vivir de nuevo, sin memoria; serenándome con el sonar del oleaje, maravillándome con la inmensidad del océano. Descansando de lo que hoy es rutina, de de las memorias, de las trabas, de la vida.

Pero, y pareciera que siempre hay un pero; Quizá no tengo el coraje o las ganas, porque mal que mal tengo una vida, un proyecto, una familia, amigos, gente que quiero. Y a ellos no los puedo borrar por irme a vivir en austeridad y descomunicada a orillas del mar.

Así que he estado negociando con mi alma, o lo que sea que haya adentro de mí que me pide escapar y le he dicho que el precio seria demasiado alto, quizá más que la recompensa, porque vivo ligada a gente y a lo que creo es un sueño, además los recursos para el escape son limitados. Así que le he propuesto a este ente intrínsico que desarrollemos otra alternativa, que no me obligue a abandonar ni a los que quiero ni a mi carrera.

Reinventarse

Un proceso que quizá suena difícil, pero que sospecho es fructífero y satisfactorio.

Reinventarse

Palabrilla que ha rondado mi cabeza y quizá hasta mi espíritu, que hizo que cambiara la dirección de este blog a costo que de aquellos pocos, que de vez en cuando lo visitaban, perdieran el rastro; Me pusiera a dieta, tirara más de la mitad de mi ropa, objetos que no me gustaban pero tenía por “recuerdo”, cambiara mi cuenta de mail, me atreviera a participar en concursos literarios, redecorara en cierta forma mi cuarto y me llenara de proyectos de cambios.

Reinventarse

Mutación, quizá física, algo mental y hasta espiritual.