Muerte de la Ed. Pública

(o seamos realistas y hagamos lo imposible:
revivamos la Ed. Pública)



Ayer fue el velorio de la educación pública; Así que ahí partimos con un ataúd, con coronas y flores de papel, mientras compañeros gritaban, lloraban por el muerto (o mejor conocido como el fiambre); Mientras entonábamos los gritos de lucha; Y el día se despejaba como un tipo de complicidad del tiempo meteorológico a nuestro favor.

El rito comenzó en el peda,  ahí una cincuentena, más o menos, caminamos con el ataúd hasta el paradero y nos fuimos en nuestra pompa fúnebre mejor conocida como Transantiago hasta la plaza de armas; dónde más compañeros, futuros profesores nos esperaban; por ahí nos dimos vueltas ante la paciencia, la no paciencia, y el asombro de muchos; Nos sacaron varias fotos, mientras yo pensaba que había sido un mal día para quedarme dormida y no haberme lavado el pelo que dado lo ruloso a esa altura parecía peluca de chuapino. Pero es lo de menos; Lo importante es que logramos llamar la atención, y aún cuando los carabineros nos miraban con desconfianza, logramos hacer una ronda frente a la catedral, al más puro estilo de los comediantes; y congregar a algo de gente y transmitir el mensaje; La educación pública había muerto; Y parte del pueblo llora su muerte, hará falta y cuando se note su ausencia todos llorarán.



Luego flashmob por el centro de Santiago en donde la Educación era subastada al mejor postor; Como tristemente lo es en la realidad… El acto fue seguido, y hasta perseguido quizá, por los carabineros de la nación, que nos seguían en nuestro peregrinar por el centro de Santiago; Al parecer a ellos les agrada seguirnos. Yo les decía a mis compañeros que seguramente querían participar, al final ellos pueden ser padres y quieren marchar para que sus hijos se eduquen… ¿Puede ser no?

Como diría el “Che”: “Seamos realistas y hagamos lo imposible, revivamos a la educación pública.”



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