Con ganas de actualizar

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Extraña semana:

Un día dedicado a tramitar…

Un día a la sorpresa y al pasto…

Dos días a la tristeza… con una tarde de compras

(Fui mala compañía).

Dos y medio día al mundo académico…

Medio día a la cultura…

Se avecina una nueva semana, que al parecer será dedicada al estudio; Espero me resulte

¡Qué el poder de concentración y

la voluntad se apoderen de mí!!

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Vómito del alma

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Hoy no fui a la U; es la semana mechona y las clases terminan antes, por lo que mi vida académica hoy se resumía a un bloque de geometría. Desperté como a la 5.30 AM, pensé un rato si ir o no a la U, igual me puedo conseguir la clase, al final siempre le entiendo más a un libro que a este profesor, no tengo ganas de hacer vida social, no quiero ir al Mall, no quiero andar con plata, no quiero comprarme cosas, no quiero salir tan temprano de mi casa, ni tarde, no quiero salir y paf! que le dije a mi mamá que no iría a la U y ella como siempre no se opuso.

Es mala época para estar deprimida; tengo tanto que estudiar, tanto que mantener…

Yo creo que soy media adicta a la tristeza, constantemente encuentro algo por qué estarlo y cuando no, hay una razón permanente que ataca para sumirme en la nostalgia. Hoy la razón es mi suerte, el hecho violento del Lunes y las circunstancias en las que vivo; Es raro, pero he buscado razones para explicar mi incidente, no creo haber hecho algo malo, más que pasar por ahí, que es lo que hago casi todos los días desde que voy a la universidad; Así que concluyo que fue la suerte y quizá mi cara de descuidada y no-flaite.

Aunque quizá me molesta haber hecho nada; Ser tan sumisa…tan bulnerable.

Una vez un compañero me dijo que las crisis, “existenciales” o parecidas, se dan por que se vive o descubre una prueba en contra de las estructuras mentales, entonces comienza una especie de “remodelación”, donde antiguas verdades se desbaratan para “fabricar” otras, y es en el proceso donde se viven las crisis…

Me pregunto que está “reconstruyendo” mi mente.

Quizá es que estoy cayendo en cuenta que uno no se puede mantener al margen de su propia realidad.

Resulta que vivo en una de las comunas más peligrosas del país, y aún cuando siempre tomo en broma que vivo en la periferia sur, como que nunca lo he asumido y me he mantenido al margen; por estos parajes la gente está llena de violencia, están los que se ganan el pan de forma ilícita y los que los hacen honradamente, pero ambos son violentos, es como una selva, donde no vale de mucho que sepas demostrar que raíz de dos es irracional, sino que sepas dar buenos golpes, andar portando algo con lo que puedas “defenderte”, poseer la habilidad de hacer de un arma lo que tengas a mano y esquivar los golpes o un cuchillo.

Últimamente he escuchado tantas historia de: “A mi me intentaron asaltar…”, casi todas las historias son de peleas, camotes y cuchillos; Yo escucho, más por costumbre que por interés y ahí están algunos psicoanalistas que me dicen que los asaltantes trabajan con dos factores, la sorpresa y el miedo y si uno no cae en alguno de los dos, lo tienes destruido. Y quizá tienen razón y a mi simplemente no me salio el Schwarzenegger que todos llevamos dentro, y sea ese uno de los factores que hacen que mi estructura mental no este estable. Quizá si hubiese opuesto resistencia y el asalto hubiera sido frustrado, yo andaría de psicoanalista (posición en la que me cuesta imaginarme).

Pero sospecho más que estoy decepcionada.

Me carga que esta sea la realidad, que uno tenga que andar por la calle defendiéndose o siendo victima; Me carga que estas sean las reglas de juego, que la violencia reine y que el más choro sea el más bakán.

Lo peor es que ya lo sabía, había escuchado historias, anécdotas, había visto otras muchas cosas, ya me habían asaltado una vez y he sintonizado las noticias durante años, así que no he vivido en una burbuja, no soy tan ilusa; Es sólo que me disgusta, y aún cuando varios me han dicho que una bomba no cae dos veces en el mismo lugar y que es difícil que me vuelva a pasar; Y aún cuando yo creo que es poco probable, como tan mala suerte, la paz no llega a mi alma y es más por la percepción del mundo, de mi entorno, de mi realidad, de las limitaciones que por otro motivo.

Y es que estamos bien jodidos los que vivimos por estos lados; Gran parte de la gente es violenta, los hogares no están bien constituidos; Si no eres delincuente, tus vecinos los son, las calles están atestadas de ociosos, drogadictos, delincuentes; cuesta movilizarse, para tomar una micro repleta hay que caminar cuadras arriesgando el pellejo, todo está lejos, siempre falta plata, la salud es mediocre y la educación es aún peor. A los que se les ocurre ser honestos son maltratados, explotados en sus empleos, con malos sueldos, las políticas los perjudican, los atacan y tienen que cuidarse y defenderse en el propio barrio, maldita vida la del proletariado…

Somos los oprimidos, los atacados… los jodidos.

… además los delincuentes, no nacieron siéndolo, así se formaron, son el maldito resultado de la sociedad.

Y yo que alguna vez soné que quizá enfrente de una clase podía cambiar en algo esto; quizá aún lo pienso, pero el mundo se me hace tan injusto, tan hostil, tan salvaje, tan violento, tan egoísta…

Y me siento tan cansada… cómo enfrentar a una clase de 45 jóvenes donde gran parte de sus costumbre son violentas, donde la cosmovisión que tienen es la del más fuerte, donde quizá no crean que la educación es importante, y a ellos no les interese cambiar todo esto y su lucha del día sea ser el más choro.

¿?

¡!

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14-04-2008

Tengo miedo…

La vida suele sorprendernos, y suele ser irónica.

Hoy camino a tomar la micro, justo en el día en que no entro a las 8 a la U, y no tengo que salir a las 6.40 AM, me asaltaron: Así es, como a las nueves de la mañana cuando caminaba a plena luz del día, en una hora razonable, por un lugar razonable, sin ningún implemento electrónico a la vista, completamente sobria y con la misión de hacer algo fructífero (ir a la U), fui intimidada por un sujeto de como mi edad, con un arma blanca y ese típico acentito tan escuchado por estos parajes, el de los flaites.

Al final se me fue el día en trámites… Aunque sucedieron buenos hechos.

Quizá eso de que no hay mal que por bien no venga es verdad…

OK, mi día empezó con rutina, menos apurada de lo normal y luego pesadilla, bloqueo de sentidos, llamadas por teléfono, espera, llanto solitario y compulsivo, preguntas desenfrenadas de mi madre, consuelos de mi padre, trámites, trámites, un almuerzo en trío y la certeza de que sí está la familia.

Tengo pena por las perdidas y más rabia me va a dar a la hora de pasar en limpio mis cuadernos; Me da pena que mi papá tenga que asumir los gastos, que tenga que comprar el libro de la U que perdí en el asalto, el celular y que me haya tenido que volver a dar la mesada. Yo pasé el susto y mi papá asumió el gasto económico, también mi mamá, que me regaló plata para comprarme una mochila.

Extrañaré mis cheques restauran que me entrega la Junaeb. Los cuales me aseguran de vez en cuando el almuerzo y una que otra vez alguna glonotería.

Extrañaré el sonido de mi celular, las fotos que guardan recuerdos, a José con cachitos y los mensajes de textos que de ociosa releía para hacer un recuento de alguna de mis actividades.

Extrañé mi calculadora que me acompañó por tantos años.

Extrañe mis cuaderno de calculo, que tiene el semestre entero de calculo I y lo que llevo de calculo II, además de un excelente resumen de pre-cálculo, límite y derivada, en el que invertí horas de estudio y me ayudaba a recordar lo medio olvidado.

Extrañaré mi mochila re usada, con el cierre fallando y que no sé cómo rayos causó atracción de un delincuente.

Al final no perdí tanto, yo creo que Dios igual me protegió.

Supongo que el delincuente, al abrir mi mochila, no encontró nada más de valor que un celular bloqueado, un billete y una vieja calculadora.

Es tonto que un sujeto le robe a sus vecinos… ¡Tamos chingados los pobres! Desde todos lados nos atacan.

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Ya me siento mejor, gracias a Dios.

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Ilusiones, alucinaciones…

Tengo sueño; Esto de tener que entrar a las 8 cuatro días a la semana, me está provocando migrañas; Y yo negándome a dormirme temprano; Siempre lo hago, aún más en vacaciones, cuando al otro día no tengo la responsabilidad de levantarme temprano y el único despertador es el calor o el ruido de mis vecinos; Pero ahora está mi celular, que suena justo a las 6.15 h.

Es extraña la vida, es extraño escribir aquí; He estado pensando en la sinceridad, en cuánto uno es sincero con uno y los demás; Yo pensaba hacer de este espacio algo literario, un lugar donde mis pensamientos sociales, políticos o poéticos fluyeran; Quizá un cuento de vez en cuando; La idea era ser crítica, reflexiva, creativa…

Luego tomó una forma amorfa, entre diario de vida y fluir de la conciencia, donde la prioridad no es que mucha gente lo lea, y donde sólo unos pocos conocidos saben de su existencia.

Amor a la catarsis, o su intento…

A veces sospecho que me niego avanzar; Me sorprendo siendo cobarde; Donde a pesar de no salir corriendo, me quedo quieta y las “oportunidades” se retiran siguiendo su camino.

¿Será el instinto? A veces no sé identificarlo…

He estado soñando últimamente, algo así como un cuento impreciso, pero lindo, supongo, donde yo, cercanos o seres soñados son los protagonistas; Y de tanto soñar me vuelvo un ser imaginario; como una ilusión de carne y hueso que camina por el metro, se aplasta en la micro y estudia matemática; como un fantasma tangible. Me dejo de sentir real.

Quizá es el primer paso para la locura…

¿Debería limitar mi mente divagativa? Me aseguraría la cordura que me queda. Pero ¿Tendrían sabor las horas de ocio y micro sin soñar? ¿Alimentaría eso mi alma? ¿Me la alimento ahora?

Me pregunto si Dios me salvará y por algún extraño giro del destino me libro de la demencia, o si yo misma me tendré que salvar y amarrar a la realidad, de una manera menos milagrosa y más insípida; Me pregunto si en verdad sirve de algo ¿Se es más feliz? ¿Será beneficioso? ¿Dios lo encontrara provechoso?

Me embriagaré con la fuerza de las energías que quizá invento…

Quiero ser poesía...

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Se supone que hoy sería un día dedicado exclusivamente al estudio, luego de tener una semana no muy fructífera en esa área.

El asunto, es que la mañana la dedique a intentar despertar y a deambular por la feria sin mayor razón que medio acompañar a mi mamá, eso implica escucharla, ayudarla con las bolsas y confirmar sus decisiones; Después a cocinar.

Luego de comer un experimento creado por mi mano, que quedó medianamente salado, me vine a estudiar; Geometría, estoy media atrasada, ya que gracias a “sinsabores sabores del destino”, hay una unidad que a mí no me pasaron y al resto si (eso pasa cuando repruebas un ramo y el curso siguiente alcanza a ver más contenidos que los dos propios), por lo cual me estoy tratando de poner al corriente, y supuse dedicar la tarde a ello, alcancé a estudiar la tercera parte de lo que debo y fue más déficit atencional que otro motivo, como que la capacidad de mantenerme concentrada se me escapó; Aunque no recuerdo haberla tenido… Al parecer desde su génesis mi mente divaga por historias medio inventadas…

Para más remate, en un intento de salvar música de mis antiguos respaldos me encontré con las memorias de sensaciones pasadas, como que la melodía de antaño me traslado al pasado y me hizo hasta extrañarlo, por más que algunos de esos momentos no me parecieron “sabrosos” cuando los viví. Más tiempo usado en ociosidades, que quizá en otros momentos son vitales.

Y ahora frente a como cinco horas de estudio interrumpido (que si desfragmentamos se quedan en la mitad), me doy la alta por hoy, o quizá no, dependiendo de si hay algo bueno en la tele, si me tinca conectarme a MSN o si la conciencia me obliga a estudiar Elipse.

Tengo ganas de hacer poesía, aunque dudo que alguna vez la haya creado; Quizá quiero ser poesía, como una mariposa que vuela entre hermosas flores…


ARTISTA: CARMEN SANZSOTO

Caña moral... y algo más

Mmmm… Ando de mal humor…

Caña moral, como diría el Rumpy.

(o quizá un problema hormonal)

No piense usted que ando loqueando desenfrenadamente y que me arrepiento.

Es sólo que carretíe a mitad de semana y un par de cosas no tan horribles, pero mi conciencia me persigue…

Mas encima ni me retaron…

“Claudia no podí carretear a mitad de semana,

Na’ que ver que tomí dos veces en menos de 7 días,

Na’ que ver que gastes la plata que gana tu padre en copete…”

Igual no es tan grave,

si me comparo con un buen resto de la gente de mi edad.

Y a nadie dañé.

Veamos si la catarsis me mejora el humor…

Igual na’ que ver que unas amigas nos dejaran botadas

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PD: Más encima nominaron como inconstitucional la píldora del día después y ahora sólo la gente con recursos, que la puede comprar, la va a poder usar, como si no hubieran ya bastantes diferencias sociales, ahora hasta los anticonceptivos están limitados para la prole… Llénense de hijos que no pueden alimentar, ni menos educar, así hay más obreros, pobreza… y oprimidos! Qué rabia!