Sobre la vejez


La vejez realiza los sueños de la juventud. Podemos verlo en Swift: Construyó en su juventud un manicomio y en su vejez ingresó en él.

-Soren Kierkegaard

Fluir de la conciencia

Debería dejar de tomar coca-cola, quizá adelgazaría, a lo mejor debería salir a correr, crearía endorfinas y me pondría en forma. Mi computador no suena, me da flojera abrirlo y mirar qué tarjeta de audio tiene. Es curioso que lea libros para cuarentonas, “Hasta siempre mujercitas” y Marcela Serrano, nunca he leído de su vida, de seguro es medio cuica, pero me agradarla leerla, a lo mejor mi preferencia por novelas para cuarentonas me hace sentir medio vieja, medio cansada.

He pensado en el cansancio y en un amor añejo, no sé si me persigue o yo en el intento de dar vuelta la página la mantengo en alto, sin estar en ninguna página. Me acuerdo de Temuco, de mi compañero atento ¿Clo vas a tomar once? ¿Clo tomaste desayuno? Clo siéntate conmigo ¿Clo no me vas a preguntar porqué anoche estaba nervioso?... Pasó la vieja… Y yo en una dimensión paralela…

Y yo en el limbo…

Y yo queriendo pisar la arena; Me llama el mar, me llama, y yo que busco señales, maldita la hora que empecé a leer a Coelho, porque chucha le creo si es un brasileño cualquiera que vende un montón de libros, ni siquiera es muy respetado…

Y yo que pienso que es mejor tarde que nunca; Y me da vuelta una nota ¿Dé dónde la saque? Está en mi libreta de anotar direcciones para ir a hacer clases: “Georgina, buscas obstáculos en vez de buscar magia…”, de seguro lo escuche en la tele y lo escribí en la primera parte que encontré.

Y los ojos verdes…

Debería estar estudiando cálculo o leyendo de células, lípidos y no sé cuánta cosa más, para así aprender a hacer yogurt y cerveza, a lo mejor después me dedico a eso, hago cerveza artesanal, en vez de hacer clases y tratar de cambiar el mundo; Me instalo con un bar a lo HBH y me hago millonaria, propago el relajo y el alcoholismo.

Y yo que escribo divagaciones, mientras espero que el alma me alcance el cuerpo; Toma tiempo acostumbrarse a algunas cosas; A algunas ausencias, sobre todo si estuvo presente 24 años…

Con sabor a milagro

Hace un tiempo estaba en la biblioteca de la universidad estudiando Álgebra, era uno de los poco seres vivos que tenía que dar examen en ese ramo, así que el grupo de estudio estaba conformado por mi y a ratos por un compañero que sabía mucho menos que yo; Y ahí estaba yo, intentando memorizar las trampitas de las demostraciones para ver si lograba aprendérmelas todas, eran como 60; Mientras un grupo de compañeras, que estudiaban alguna otra materia, me aconsejaban que los escribiera todos y los llevara conmigo al examen; Y ahí estaba yo, oyendo tal proposición como si fuera vender mi alma al diablo. De pronto aparece un compañero con el que he cruzado solo el saludo; Y pregunta quién tiene que dar el famoso examen, levanto mi mano con una sonrisa, por puro espíritu positivista y no caer en la desesperación, sabiendo que por ese examen mi permanencia en la universidad estaba en juego. El tipo se acercó y me preguntó que era lo que sabía, le conté y le dije que iba en la “memorización de las demostraciones”. Me miró y me dijo que sabía de dos preguntas que seguro iba en el examen y me las dijo. Luego se fue. Quizá fue una extraña e indirecta forma de hacer trampa, pero me salvo el pellejo.

Si no fuera porque a mi compañero lo veo deambular por los pasillos de la U, pensaría que es un ángel y tuve algún tipo de aparición.

¿Caprichosos?

Comienzo a sospechar que es verdad que Dios es caprichoso.

Bien lo sé, yo también a ratos doy razones para sospechar que soy caprichosa.
Si recuerdo cuando me cantaron al oído una vez, una canción donde me adjetivaban con semejante característica.

Pues a lo mejor compito con Dios; Bien poco astuta yo competir con semejante contrincante… Voy directo a la derrota.

Tal vez sí, o tal vez no… a lo mejor de puro humor Dios me deja ganar… O pierdo y en la derrota gano …

Así somos los ilusos, los idiotas, a ratos nos equivocamos, así casi a propósito por puro probar, por puro soñar, por puro vivir…


(Clo escribiendo un poco ebria)

Carta de amor

En la biblioteca de Santiago, hicieron un concurso de cartas de amor; Yo de ociosa, con panoramas tales como ir a la Católica a ver películas gratis y deambular por las calles de Santiago, me propuse vestirme de rosa, ordenar mi escritorio, quitar la música rock y adentrarme en el personaje de una inspirada enamorada… Lo intente, así que escribí un bosquejo, en la madrugada y con “Los Tres” sonando, pero como por estas fechas doy prioridad a los paseos y tengo la tendencia a inventar donde salir a gastar plata en micro y beneficiarme del aire acondicionado de edificios varios, olvidé tipiar el bosquejo y sin darme cuenta me fui de vacaciones, olvidando aquella imagen creada en mi cabeza de mí ganado el concurso, con un par de amigas riendo ante la pregunta de quién fue el ente inspirador y yo inventando algún tipo de respuesta que no sonara tan a excusa como la imaginación. Así que a la vuelta del Tour 2009, el tiempo de entrega había caducado y yo me quede con el bosquejo en mi desquiciado cuaderno, así que para que aquel tiempo que invertí en mi creación no se pierda por completo lo traspaso acá, para que de alguna forma este publicado:


Siendo sincera, a veces te imagino como amante, cómplice y hasta como un novio, y me sorprendo entre quehacer intentando adivinar que es lo que harías, como eres; Y de alguna forma te debo inventar porque hasta llegas a actuar en algunas de mis alucinaciones… Pero supongo que la ñoñes pública no me viene, y el cierto recelo al rosado y a las novelas tildadas con aquel colorido adjetivo me estacan ante la idea de emitir poéticos y hasta folclóricos piropos o declaraciones.

Además estoy harta de este ciclo que no tengo idea cómo detener y de entre las alternativas la más viable y la más tentativa me parece la de escaparme. Pero donde voy, yo me persigo y los sentimientos conmigo, entonces no hay descanso, ni de lo que siento ni de lo que imagino, ni de lo que soy y mucho menos de ti; Ni de aquello que no me atrevo a sentir. Y me dan ganas de gritártelo, y hasta llego a sospechar que es la cura. Pero el ser racional, negativo o hasta esperanzador, que me constituye, me detiene. Por que una cosa es ir destartalada por la vida, con el pelo enredado, poco dinero, sin saber a ciencia cierta que hora es y dudando de la fecha exacta, pensando en que podría ser la vida mientras cruzo una calle; Y otra muy distinta es decirte que quizá te quiero, que quizá siempre te he querido y el querer, mientras creía no sentirlo, se me alojo entre el colón y el estómago como un tipo de parásito y ya no sé como sacármelo. Y con un solo toque se volvió sintomático y ahora tengo que aguantármelo, aguantarte y hasta aguantarme.

Supongo que soy un cúmulo de lamentos; de ilusiones, alucinaciones y de controles; Porque me han dado ganas de tirarme a tu cuello y a ratos he tenido las intenciones de buscar las palabra para decir lo que siento; Pero no me sale, por la experiencia, el orgullo y las confusiones mentales; No es el miedo a fracasar o al rechazo, es el volver a caer con la misma piedra, porque eso es de idiotas y yo intento no ser una. Además sospecho más que no me quieres y llego a dudar enormemente que algunas vez llegues a hacerlo, y yo no quiero eso, mis anhelos románticos van más por otros lados, por los de correspondencia, pasión y autoentrega. Porque a amar no se le puede obligar a nadie y por más que uno aprenda a hacerlo, yo creo que la atracción no se crea, solo surge y acá parece que ya no se dio y yo no quiero eso, yo quiero vivir otro amor, uno entero y por estos años no pienso transar en eso.


Y es que yo podría quererte, pero más te odio, por amable y mentiroso, por descortés y hermético, por compartidor y no cumplidor, por lejano y a ratos insinuador, sabiondo y confesor; Pero supongo que más te odio, porque por más que lo intento no logro borrarte, ni mucho menos sanarme.
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Del baúl de los recuerdos
J: …Y ¿Por qué terminaron con tu pololo?
C: Pucha que lata el tema…
J: Pero yo te conté mi historia…
C: Es que las razones son muy chantas.
J: Yo tengo una sospecha.
C: ¿Cuál?
J: Tú eres muy sexy para él.
C: Jajajajajajaja…
J: Es en serio…
C: Dale, nunca me lo había planteado.
J: Es una alternativa que tienes que considerar.
C: Jajajajajajaja…

Congreso nacional de estudiantes de pedagogía






Muy buena experiencia...
Aprendí mucho y además conocí Temuco.