No tener vida (1ª parte)

Suelo escuchar o leer, aquella oracioncita en que la gente declara no poseer o que otro ser viviente, contradictoriamente, no posee vida. Así como lo lee, muchas personas andan diciendo por ahí que no tienen vida. Quizá es un tipo de desahogo, cuando se está en el límite de las capacidades y con el horario apretado; entonces cierto fulano o fulana declara: No tengo vida. O en otros casos, entre pelambres, de esos cizañeros, alguien, presuntamente “picado o molesto”, dice: Carmelita no tiene vida…

Entonces frente a mi tarde de domingo, luego de intentos frustrados de hacer el saludo al sol doce veces, estudiar o terminar “Un ángel parado en una pata”, encerrada y viendo una película con credibilidad cero, no puedo evitar preguntarme ¿Qué diantre es tener vida?

Vamos por lo más básico, digamos que producir algún tipo de moviendo, así cómo biológico, o en nuestro caso, como especie humana, el simple hecho de respirar nos identifica como ser viviente, pero ¿Tengo vida? Al parecer en la juerga cotidiana, no.

Yéndonos a estándares más elevados, menos básicos y que exija un mayor análisis y sinapsis para mi masa muscular; El levantarnos, comer, beber agua, ir al baño, movernos, hacer sinapsis… tampoco cataloga para poseer una vida…

Entonces me sigo preguntando ¿Qué es tener vida?

Al parecer es una "posesión", a la que tengo que dedicar más viajes en micro, de análisis, para llegar a algún tipo de conclusión.

...

Ingenierías y vocación.

Dentro de las “reuniones sociales” que he tenido, donde de vez en cuando establezco un dialogo con algún amigo de un amigo o simplemente un desconocido, se ha repetido el hecho, o ha sido mi observación, que aquellos proyectos de ingenieros suelen ser medio egocéntricos, y con cierto complejo de superioridad; no sé bien por qué, pero en una gran mayoría de las veces me terminan descalificando, con comentarios algo así como: Yo creo que mis matemáticas son más complicadas que las tuyas… o que ellos van a ganar más dinero con menos esfuerzo… o que su carrera es inmensamente más complicada que la mía, que simplemente elegir estudiar una ingeniería es súper mega buena decisión y que estudiar pedagogía es medio idiota, que por poco menos estoy estudiando para “ignorante”; digamos que me defiendo, o me defienden de vez en cuando… (Argumentos de defensa que por ahora no relataré).

El asunto, es que hace unas semanas, olvidando mi prejuicio sobre los proyectos de ingenieros, me fui a la USACH a “relacionarme” con aquellos “objetos de mi prejuicio”; en realidad no iba con una idea muy clara de que hacer, quizá a embriagarme un poco, por lo que se me olvido que siempre terminan atacando “mis matemáticas” o el sueldo de un profesor… Pero como suele ser la vida de innovadora, hablamos hasta de la inmortalidad del cangrejo, menos de las matemáticas. Por lo que me encontré con varios ejemplos de proyectos de ingenieros que no eran ni egocéntricos, ni hablaron a la primera oportunidad de las fianzas, ni tenían complejo de superioridad; no a primera vista al menos (quizá sí de don Juan o protagonista de película gringa fiestera)

Así que frente a mi nueva “relación” con quienes estudian aquella carrera, me tiré en el piso de mi pieza y me puse a pensar que sería de mí si hubiese estudiado alguna ingeniería; Supongo que sería parecido, hartas horas de estudio, el masivo éxodo de compañeros expulsados de la U o que se cambian de carrera por ser muy fea, reprobación de ramos varios, rara vez egresar en el tiempo estipulado, etc. pero con el beneficio de que estudiaría un algo más además de puros “números” (en el área científica al menos), lo cual sería bastante entretenido y el sueldo sería bastante más “jugoso” que el de una profesora; Y sin polémicas varias como violencia en la sala de clases, calidad de la educación, LGE, etc.

Entonces, frente a mi duda existencial, y mis ganas a veces de poder retroceder el tiempo y haber elegido algo en que con mi sueldo si tuviera la esperanza de comprarle una linda casa a mi madre y una linda casa para mi, en un lugar mejor que en el que vivimos, con independencia domiciliaria, y ser mejor mirada en los círculos sociales, la idea de estudiar alguna ingeniería se me hizo inmensamente atractiva y algo parecido a la frustración llego a mi ser.

Pero como la vida de ves en cuando si se parece a los libros y llega a ser mágica, hizo que me atreviera ir a hacer una clase particular, a un niño de octavo año y francamente termine maravillada. Yo no sé si usted ha sentido esa sensación de satisfacción, que como que le agarra el cuerpo y le hace una ligera cosquilla en la panza y se siente algo así como feliz, casi brillando, resplandeciente... Satisfecho. Pues así me devolví de mi clase, contenta y con 5 mil pesos en bolsillo, lo cual jamás se parecerá a un sueldo de ingeniero, pero sirve. Así que de vuelta en mi hogar, deje de soñar con tener un sueldo monumental, que me podría comprar dos casa, un auto y demás; Y me comencé a hacer a la idea que me tendré que endeudar con un crédito hipotecario, llevar a toda mi familia a ese hogar y vivir con ellos hasta que la vida de alguna vuelta… Yendo a trabajar en micro, sin independencia domiciliaria, con un presupuesto apretado, sintiéndome satisfecha, casi feliz, casi resplandeciente, con lo que hago para vivir…

Eso es vocación al parecer.


Perdiendo el tiempo... (¿En verdad existe eso?)

Estaba mirando el cielo y descubrí que tengo la mayor capacidad para perder el tiempo, es que yo no sé que tendrán las hojitas del árbol de mi vecino que me lo quedo mirando como (inserte aquí un adjetivo conveniente) y me rasco la cabeza y me dan así como ganas de caminar, pero me acuerdo que tengo que hacer un trabajo en Paint, que tengo que leer el ya último capítulo de ese libro que tanto me costo “seguir”, que he entendido la mitad, y que al final sé que igual me voy a sentar con mis compañeras cuando lo estén comentando y plajearé sus ideas, y hasta inventaré argumentos en ese momento por puro amor a la discusión filosófica, siendo que cuando estaba leyendo el dichoso librito, pensaba en la maravillosa capacidad del cangrejo de cambiar de sexo, si es que eso es cierto…

También tengo que hacer una tarea he inventar otra…

El asunto es que me senté frente al computador, al lado de la ventana que da al árbol de mi vecino, empecé con ganas de ser fructífera y aprovechar que mi sobrino no me está acosando para hacer algo beneficioso por mi vida académica. Empiezo altiro, voy a revisar mi correo, facebook, o los blog… y no sé cómo llego acá, una chica que entretiene harto cuando uno la lee; y que me he quedado un buen porcentaje de la tarde leyendo, recordando que ya hace tiempo la había leído, pero que en un formateo del PC perdí la dirección y doy gracias al cielo dorado que me la encontré entre los confines de la Internet, dale que el mundo cibernético igual es pequeño… La vaina, como diría en mi juerga habitual, es que después de alejarme del mencionado blog por la necesidad de hacer algo más productivo por mi vida y que me deje libre para irme a dar una vuelta o mirar TV … Me quedo mirando el árbol de mi vecino y de pronto me doy cuenta que hace más de dos horas que estoy aquí convirtiendo el oxigeno en dióxido de carbono y me sale la Lisa Simpsons que llevo dentro y me digo, pero Claudia, si hay tantas cosas importantes que hacer en el mundo, podrías empezar por ser responsable en tu vida académica, leer al dichoso caballero ese, aunque sientas que es arameo, podrías buscar ocupaciones donde le hagas un bien a la humanidad y no sólo a las hojitas del árbol de tu vecino, mira que todos producen dióxido de carbono…

...Y logro poner google y escribir “cálculo de probabilidad con áreas”, pero no encuentro lo que en realidad busco he intento pensar en otras palabras para poner en el buscador, y pienso que me da lata hacer la presentación en Paint, que es de otra cosa, que no quiero buscar imágenes, que voy a tener que estar mucho tiempo frente al computador, siendo que de ociosa llevo como tres horas frente a el, que debí haber empezado antes, que…que… y sigue la Lisa Simpsons molestándome, Claudia se más organizada, deja de perder el tiempo, estudia mujer, busca un actividad fructífera además de ser estudiante…

Concluyo que hasta ahora, cuando se acerca la hora de tomar once y ya mi sobrino volvió para torturarme, las pocas cosas que he hecho que se puede llamar medianamente fructíferas, además de convertir el oxigeno en dióxido de carbono, son levantarme, que me costo harto, lavarme, vestirme y todo lo que conlleva “levantarse”, desayunar, tengo que comer, darle comida a mi perrita, hacerle un "nanai", ordenar y cocinarle a mi padre, bello hombre que comparte mi información genética, que nos visita los domingos, y me da dinero, el cual, pobre él, se encontró sólo conmigo esta mañana, ya que mi madre salió de parranda y tuvo que ir el solito a la feria (ya que yo estaba desayunando y pegada a la TV) para que así yo hiciera almuerzo y ninguno muriera de inanición.

Y como me quedo mirando para fuera, la cordillera y las hojitas de lo árboles, dejándome poseer de vez en cuando por la guitarra de Santana, aún no avanzo en mi “labores académicas” y me pongo a escribir incoherencias por puro amor al ocio y la sospecha que quizá así, escribiendo, por fin mi alma deje de estar en ese estado volátil y se vuelva esclava de las tareas, trabajos y lecturas, vamos que mañana me levanto a las seis, lo que me deja algo así como menos de once horas para terminar mis “labores académicas”, comer, lavarme los dientes y dormir, algo que sea.

Donación de órganos...



Desde niña estuve de acuerdo con la donación de órganos, quizá se deba a la cantidad enorme de películas que vi, en donde una persona esperaba salvarse de la muerte por la donación de un órgano. Para mí tenía lógica, que caso tiene llevarse a la tumba “material orgánico” que puede salvar a alguien más, si en la tumba solo será digerido por los gusanos.

Entonces, en algún momento, en que mi madre no se escandalizó con la idea de que yo me podía morir antes que ella, y no lanzó un grito terminando el tema, dije que yo quería ser donante, como era niña mi madre me dijo: “no, tu no te morirás antes que yo y si fuera así, yo no voy a dejar que te habrán y despresen como si fueras un animal”. Yo menor de edad y sabiendo que no tenía ni voz ni voto dentro de la sociedad, le dije que lo pensará al revés; que qué tal si yo un día necesita un órgano, que si yo estuviera agonizando, como sería si la familia, de otra persona, una ya fallecida, se rehusara a “salvarme la vida”; y como casi siempre hacen los adultos ante la discusión con un niño cuando se torna compleja, mi madre santa termino el tema.

El tiempo paso, y ni lo uno ni lo otro pasó, sólo que yo pasé de ser menor de edad a tener voz y voto, ya que me inscribí para votar y me hice donante órganos. Pero tan bella mi madre, y “zapata”, que no pierde y no empata, ante el tema de donar órganos, me dijo, igual tengo la última palabra, si algo te pasa a ti, yo decido si donar o no tus órganos a pesar de que seas donante, tú ya vas a estar muerta. Y ante la frialdad de mi madre y los “porfiada” de su posición me quede callada.

Pero gracias a los medios, que siempre creo juegan con nuestra mente, y el hecho de que han cubierto bastante la noticia sobre el acto de donar órganos, al parecer mi madre cambió de opinión sobre el asunto, y hasta ella misma se hizo donante cuando renovó su cedula de identidad y aún cuando sigue diciendo que ella se morirá primero, ya dará el “permiso” para que mi voluntad de ser donante se cumpla.

Creo que una de las partes positivas de los medios, es justamente esta, “sensibilizar” a la gente y que se haga más conciente sobre el poder que tienen sobre el bienestar o vida de otro ser humano; Que a pesar de estar pasando por un momento inmensamente doloroso, al perder a un ser querido, se puede de alguna forma, evitar ese dolor a otras personas y dar la oportunidad de vivir a otro ser humando.

Ayer murió Felipe Cruzat, luego de 93 días internado y en una intensa lucha, él y su familia esperaban un corazón; supongo que han existido muchos casos como este, este es el que se ha comunicado, cubierto por los medios, pero espero que todo esto sirva para que más personas tomen conciencia de que a pesar del dolor de una muerte, que ya es irreversible, se pueden salvar vidas y que no tiene caso “enterrar” a los suyos sin dar la posibilidad de sanar a otros.