"A diferencia de ustedes, no tenemos armas para luchar. Basta con la fuerza inmensa de un pueblo que estaba dormido, pero hoy comienza a despertar, un pueblo descontento, porque ha sido olvidado. Hemos plegado mil grullas por nuestro deseo: DESEAMOS VIVIR EN UN PAÍS LIBRE Y JUSTO, un país para todos, donde los representantes del pueblo cumplan ese rol, el de velar por todos nosotros, y no el de enriquecerse cada vez más a costa de millones. Vivir en un país en el que sus ciudadanos no tengan solo voto, sino también VOZ. Deseamos vivir en un país que no crezca económicamente a costa de miles de chilenos que sufren día a día las injusticias de un sistema que los margina y los olvida, una y otra vez. Deseamos vivir en un país que le brinde a su gente aquello que les corresponde por el simple hecho de haber nacido en territorio chileno: educación, salud, y tantas otras cosas que se nos han quitado, para convertirse en productos de un mercado que favorece a unos pocos. Un país cuyo principal norte no sean los dígitos del PIB, sino el bienestar de su pueblo.
Ese es nuestro deseo para Chile, y plegar grullas no será lo único que haremos para lograrlo, es solo un gesto para que sepan y recuerden cada día, que queremos otro Chile, que somos cada día más y que no descansaremos, ni nos rendiremos hasta lograrlo."
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Una antigua tradición japonesa, dice que si pliegas 1000 gruyas de papel, se te concederá un deseo. La idea, de unos estudiantes de Universidad de Chile, es la de plegar 1000 grullas "por la educación", colgarlas en la plaza de la constitución; Y exponer esta carta abierta, a la comunidad.
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