Este caballo no está ciego,señor.
Lo que pasa es que ya todo le importa una pura chingada.
Lo que pasa es que ya todo le importa una pura chingada.
-¿Juan Rulfo?
Vi “Un amor”, una película argentina en la que actúa Diego Peretti (razón por la que la vi), y bueno siento que la moraleja es que las “cosas” no cambian mucho en 30 años. Es extraño el tiempo.
Hay un cuento de Laura Esquivel que leí de chica, de una
mujer que se enamora de un afuerino y este después desaparece, ella con el
corazón roto viaja y conoce a un músico con el que se casa, y como 15 años
después mientras espera en una fila, el afuerino le toca el hombro y le dice
una frase al oído (olvidé cuál), y en ese instante ella recuerda a su padre que
le dijo que el tiempo es una invención
de los hombres y se echa a correr, porque la misma sensación de hace 15
años le recorrió el cuerpo.
Cuando era chica, 14 o 15 años me “enamoré” (si es que se
puede llamar así, digamos que me gustó un chico, y era una atracción
persistente que ahora pienso nació de un mal entendido), pues esta atracción me
duró bastante, y bueno nada resultó porque al más puro estilo de Corín Tellado el
tipo se “enamoró” de una amiga y puros cachureos. El asunto es que este tipo
después volvió a aparecer en mi vida y
volvió a estremecerme (maldito), y otra vez nada (en realidad si pasaron “cosas”,
pero nada de lo que yo quería o me hubiese gustado), y bueno después de varios
cachureos y de un bloqueo emocional el tipo salió de mi vida.
Luego de terapias pastales varias (nótese aquí que me refiero
a estar tirada en el pasto), varias cervezas, coqueteos varios, más cachureos y
sobretodo muuucho tiempo, cuando ni pensaba en este tipo, pasó lo del
terremoto, y a mi se me ocurrió ir a donar sangre, y ¡Paf! que cuando venía de
vuelta, con un sueño profundo, lo diviso, solo lo vi, mi Arnold personal (en
esta metáfora yo sería Helga Pataki) y ¡Paf! me golpeó el bendito cuento de Laura Esquivel, y en ese instante
consideré que hay veces en las que el tiempo parece mera ilusión, una invención
de los hombres.
(Y bueno dado mi peculiar romanticismo, más me quería
golpear por “pegá”, que soñar a que
era mi media naranja).
PD1: Señor Arnold, si alguna vez lee esto, que lo dudo, sepa que usted fue mi personaje de historias románticas
recurrentes en mi mente, en donde caminábamos por el mundo real, sin
prometernos cuentos de hadas, porque más que amantes éramos cómplices y soñábamos
más a hacernos compañía que a volar por las nubes como en las caricaturas. Pero
hasta en mi mente las cosas se fastidiaron, porque bueno, al final todo se
fastidia… (quería escribir eso).
Supongo que en realidad me desilusioné, de la realidad claro,
porque las historias que creo en mi mente son geniales.
PD2: El cuento de Laural Esquivel quizá lo mezclé con otro,
pero la frase es de un cuento, eso lo tengo claro.
PD3: Quería escribir cualquier cosa.
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