Por ahora


Se acabó el trabajo de verano; Y pienso en las deudas que acechan, como lobos en camada. Mientras la casa se me está viniendo encima y no me reconozco, ni en algunos actos, ni en algunas palabras… dichas o escritas a algún fantasma o persona.

Sospecho que esta noche algo horrible pasará; Quizá debería huir, gastarme el último sueldo en irme a la playa y tenderme en la arena hasta que el mundo mejore por sí mismo... Y la voz de mi hermana me da vueltas en la cabeza: “Estás en los minutos de descuentos, te haz sacado la chucha tanto tiempo, cuando termines la U vas a ganar más plata que todos nosotros juntos y te podrás mandar a cambiar donde quieras, vas a tener el mundo a tus pies”.

Y yo pienso que no será tan así, que se me ocurrió estudiar pedagogía y los sueldos no son tan buenos. Pero la plata no es tan importante, quizá simplemente yo no sé vivir; Quizá el peso de no poseer familia me persiga para siempre, quizá el no poseer red de seguridad me persiga para siempre; Quizá los malos recuerdos me persigan; quizá hacer clases no me guste tanto como creo y los 45 seres que tenga enfrente serán mis enemigos campales…

Quizá tanto esfuerzo no vale la pena.

¿Qué se hace en el instante de calma cuando se ve venir la tormenta?

Me ha pasado antes y siempre he mostrado ser mala estratega.

Supongo que no huiré, porque tengo un sueño, que aunque no sé si me hará feliz, es mi sueño desde la infancia; Y quizá la Tanya tiene razón y Dios sí existe, y tanto drama pasa para valorar más los logros, y ya vendrán tiempos mejores en que los frutos se cosechen; Es la esperanza, el estado de espera… (palabras…)

Por ahora envidio el optimismo y la fe de mi amiga.

Por ahora pienso que el año se viene feo, y me digo, me repito, que se vive un día a la vez; y pierden fuerzas los días que aún no vivo y me ahogan, pero también pierde fuerza el camino ya realizado; Quizá no vale la pena...

(todo tiene un pro y un contra, el asunto es cuál pesa más)

Por ahora está el miedo.

Por ahora está el dolor, que te provoca quien por cultura y sangre debería protegerte (y sólo por eso duele más)

Por ahora está el cansancio y la evocación de tardes frente al mar cuando la paz entra a los pulmones y gobierna el alma.







(Foto de El Tabo, que me recuerda al terremoto, paradógicamente)

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