Años perdidos

Es un cuento de Collyer, uno de mis favoritos; trata de unos tipos que en tiempo de dictadura secuestran un vagón de metro ( el primero, constante razonable en los secuestros, dado que es el vagón que sigue al compartimiento de conductor; y una buena razón para quienes son un poco paranoicos para nunca, jamás subirse al primer vagón del metro, a menos claro, que sea el secuestrador). Lo que pedían como recompensa, por los secuestrados, era irse en metro a Cuba.
El desenlace, no lo contaré en esta ocasión, mencionaré las razones del secuestro, resumidamente "hinchar las pelotas", buscar un poco de justicia bajo tierra, entre tanto desaparecido sepultado en proximidades de esa misma tierra.
Y entra tanta euforia, placer y hasta dolor producido al leer este cuento, me empiezo a preguntar, si en verdad son "años perdidos" o simplemente es que todos funcionamos a distintos ritmos.

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