(Presencia ausente)


Me duelen las ausencias
de conocidos y desconocidos
de la madre
del padre
de los amigos
y de los amantes.

Me duele el tiempo que trascurre,
la juventud presente
la rebelión no perpetrada
las luchas no formuladas.

Me duelen las palabras
las leídas
las no escuchadas
las no pronunciadas
las no formuladas
que se atascan en mi pecho.

Me duele este domingo
asoleado y templado.

Me duele la calidez
que me invita a la playa,
a días de campo
que me hace sentir nostalgia
por días de lluvia con sopaipillas
que no estoy segura haber vivido.

Me duele el pecho y el alma
y a veces me duele Dios
por su silencio,
por esa presencia ausente
por no existir a veces.
Me duele.

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