“El Acto más importante que realizamos cada día es tomar la decisión de no suicidarnos."
"No hay más que un problema filosófico verdaderamente serio: el suicidio"
-Albert Camus
No sé en que contexto Camus escribió estas frases, investigué sobre él porque en un libro de Marcela Serrado decía que un personaje de él había asesinado a un hombre porque sentía calor; Lo que me llamó la atención; aunque creo que ya antes me habían hablado de él, hace tiempo alguien me dijo que él había dicho: "Todo cuanto sé con mayor certeza sobre la moral y las obligaciones de los hombres, al fútbol se lo debo." A mi no me gusta el fútbol y a ratos la palabra moral me sabe a un conjunto de reglas que nadie tiene bien en claro porque sigue…
Volviendo al suicidio; Hace un tiempo vi la película “El club de los suicidas”, es española y cuenta la historia de un grupo que va a terapia para no suicidarse, pero como que la terapia no les hace mucho efecto y para ahorrarse todo el trabajo engorroso que conlleva suicidarse; como tener que atentar contra uno mismo, calcular no quedar vivo en el intento, el peso de dejar la estela en la familia y amigos que un familiar o amigo se suicidó, etc. Forman este club copiándole la idea a un cuento de Stevenson; el asunto es que juegan a la cartas, con un mazo español, al que le toca el as de espada gana y al que le toca el as de bastos pierde, entonces el perdedor debe “asesinar” al ganador…
Dado que la película me gusto y con las ganas de leer sobre lo que escribía Stevenson sobre el suicidio, saque el libro en mi U, leí el cuento de vuelta a mi casa y me desilusionó; Lo encontré moralista, poco reflexivo, como leer los libros religiosos de mi mamá, que cuestionan poco y te dicen lo que está bien y lo que está mal… Así que no leí los otros cuentos de Stevenson y me puse a leer a Collyer… Y le dije al que quiso escucharme que me había cargado el cuentito; Y que el negocio de instaurar un club de los suicidas parecía rentable…
Lo curioso es que un día de esos en que despierto simplemente melancólica, cansada; cuando el absurdo me golpea, cuando salía atrasada y desganada hacía la universidad, afuera de mi puerta había un as de espada, recogí la carta y la guardé en mi billetera. Quizá alguien me asesine, me dije; Quizá es una señal que deba suicidarme… quizá… es una jugarreta de Stevenson que no le agrada que hable mal de su cuento y que haya dado vuelta la “moraleja”.
Mientras iba en el metro, con algún libro en la mano, incapaz de concentrarme; Me pregunté como muchas otras veces sobre la posibilidad del suicidio; Pensé el la colorida y esa frase que siempre me da vueltas: “Si yo volviera a nacer sería un despropósito”, pensé en que quiero leer a Bolaño, los “Detectives salvajes” y “2666”, pensé en que me gusta hacer clases, pasearme por la sala respondiendo a consultas; Que cada vez que hago alguna clase salgo satisfecha, pensé en el alma… en que aún no sé bien cómo definirla; pensé en la resistencia, en las fuerzas de las hembras, pensé en que quería saber el final del libro de turno… Pensé en la música y en cómo hace que sienta tanto, como el teatro o la danza. Pensé en las conversaciones de bares y que adoro los momentos en que hablo sin mucho sentido…
Pensé que la vida es un despropósito, pero que mi apuesta y experimento está en vivirla.
(-Quiero leer a Camus.
-Léelo
-Sí, después de Benedetti.
-Pensé que ya habías terminado.
- No, he andado ocupada con la vida académica. Tengo hambre.
-Pues come
-Sí, veré que hay en el refri
-Pides poco Clo.
-Sí)
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