Aunque a ratos me den ganas de patear la puerta o lo que haya cerca, aunque extrañe a rabiar abrazos pasados, abrigos pasados, el confort de esa compañía, de esas compañías.
Aunque mi mayor vicio ya no este a mano; Y me pase gran parte de las horas extrañando o escribiendo, buscando las palabras que hagan que mi alma vomite el dolor.
Aunque esta señores no sea la mejor época de mi vida; Tengo fe, en la vida, en Dios, en mí y en lo humano...
Y es que mi alma me grita que tenga paciencia, que al final todo va estar bien.
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