¿Dar sin recibir?


Sospecho que la religión siempre va a causar un cierto remezón en mi alma. Sospecho que de alguna forma poseo las características para ser una devota cristiana, budista o lo que sea. Pero el asunto es que lo he intentado, al menos por las tendencias cristianas y no me ha funcionado. Ya que el seguimiento del santo libro me provoca una crisis existencial tan grande que hasta enferma mi cuerpo. Pero a pesar de ello, recaigo, como un alcohólico que guarda una botella de licor bajo su colchón y de vez en cuando bebe una tapita, o se emborracha.

Lo que hoy inquietó mi alma, o aquel ser religioso dentro de mi estómago, fue un texto que por simple coincidencia leí en Facebook; sí porque yo en vez de estar estudiando para mi prueba de mañana, estaba ociando en aquel lugar, cuando me encuentro con la semejante novedad que en este tipo de comunidad existen “notas escritas”, y frente a aquella necesidad de leer pensamientos ajenos me quede leyendo; ¿Dar sin recibir?

Un tipo que dirige confirmaciones hace un tipo de discurso sobre el tema: “Dar sin recibir”, trasladándome a los tiempos en que escuchaba palabras bonitas, de gente bonita, que me hablaban de amor generoso, recelo ante Dios y humildad; el dar la otra mejilla y todo aquello que conoce quien tuvo siquiera un poco de crianza cristiana.

Y ante las ausencias de tomar aquella tapita del licor escondido bajo el colchón; me emborracho, porque si bien creo en Dios y a menudo oro, me pregunto si en verdad ese Ser Supremo desea que demos sin esperar nada a cambio, o a cambio, mejor dicho, del cielo; porque entre ejemplos y citas bíblicas, este tipo afirmó que a pesar de que parecía que nada estábamos recibiendo, en algún momento la “recompensa” seria dada, y Dios sería el que nos retribuiría y que a fin de cuentas es Él el que recogía aquel cariño que pareció no ser recibido por terceros, se oye bonito. Entonces ¿Realmente se está dando sin esperar nada a cambio? Contradicciones religiosas que provocan que caiga en crisis existenciales.

Pero a pesar de ello, y tomando en cuenta que mi fe es tan amorfa como una plasticina aplastada. Digamos que sospecho que quizá Dios si espera que demos sin esperar algo a cambio, ni siquiera que Él nos recompense. Por pura solidaridad o naturaleza. Y creo que no es tan difícil, pero cuando el dar es una conducta reiterada y no son objetos los que se están regalando, sino sentimientos y hasta amor, quizá el asunto se torna más complicado. Porque uno puede querer mucho a una amiga, amigo, amante o persona X, llamarla, buscarla, invitarla a paseos, etc. Y cuando los rechazos empiezan a ser frecuentes, y el entusiasmo por los encuentros no son el mismo y la complicidad es casi inexistente, creo que el asunto se vuelve un poco triste y quizá hasta insano, y se opta por el silencio, las distancias, por desistir y se deja de dar ese cariño que se tenía dentro. Y varias de las veces sucede sin darnos ni cuenta…

¿Entonces estoy pecando? ¿Acaso debo buscar otra forma de entregar el cariño? ¿Pero si no es con la presencia o el estar cómo se entrega el amor? ¿Dios espera que sigamos estando a pesar de la ausencia o desinterés de la contraparte? ¿Y cuando ese entregar cariño no retribuido no permite avanzar?

¿Y que se hace con el amor? ¿El romántico? ¿Acaso ese tipo de amor no es de a dos? ¿Lo sigo entregando? ¿Acaso el desamor no se enfrenta siguiendo el camino y esperando a que la vida avance?

¿Me estaré confundiendo?

No hay comentarios.: