Sobre alimentar el alma





Quizá a veces, a veces muchas,
nos equivocamos en la forma en que alimentamos el alma,
y estamos tan errados
como los comedores compulsivos de hamburguesas y papas fritas
que nunca han probado espinaca en su vida,
y creemos que por hacer “aquello” que nos agrada,
por sentir algún tipo de placer momentáneo
por alguna acción que realizamos
estamos alimentando el alma.
Y en verdad solo comemos papas fritas,
ricas, crujientes, placenteras,
pero vacías nutricionalmente
y hasta nocivas en grandes cantidades.

A lo mejor por eso hay tanta gente vacía,
con el alma con inanición,
anémica,
debilitada;
con el llanto reprimido en las entrañas,
con tanto dolor...

A lo mejor somos ignorantes en temas de alimentar el alma
y nos hace falta un tipo de pirámide alimenticia,
y campañas del gobierno informando
-aunque es probable que no hagamos caso-
y recordemos que variedad y control son palabras
a ratos “sanas”.

Yo no tengo muy en claro cómo alimenta las alma, 
pero imagino, 
que tal como  los distintos alimentos 
repercuten de diferentes formas en distintos cuerpos, 
los diversos alimentos del alma 
repercuten de diversas formas en cada alma. 




.......

2 comentarios:

Vian dijo...

me encantó el texto... y sí, creo que no es haciendo lo que a uno le gusta, como se alimenta el alma... (de la misma forma forma como la Lispector señalaba que no es sumando las comprensiones como se ama, sino sumando las incomprensiones...)
Eso...

Victoria Volcánica dijo...

Si esto fuera face pondría me gusta, lo que me hace pensar que quizá face nos ayuda a usar menos palabra y ser más neanderthales...
¿Se ama lo incomprendido? Y después cuando se comprende ¿Se deja de amar?
Me dieron ganas de leerla, la buscaré cuando logre el perdón de las bibliotecas.
(últimamente me he atrasado en los libros)