Paraíso de gordos

A veces me imagino en un paraíso de gordos,
como en una pintura de Botero;
donde adorables personas se escapan del estereotipo de la delgadez
y se muestran entrados en carnes,
con grandes piernas, anchos brazos, inmensos traseros,
abultadas barrigas y muy amplios rostros,
llenos de redondeces, desproporcionados;
Con fuertes colores y llenos de luz;
Los veo y me veo a mi misma, corriendo entre pastos y flores,
saltando, bailándole al cielo, ligeros, enérgicos, libres;
Libres de poder mostrarnos con el doble o triple del peso ideal,
libres de añorar un helado sin culpa,
libres de comer cuanto chocolate se quiera,
libres de miradas acusadoras,
libres de nuestros propios prejuicios,
libres;
Libres, corriendo gordos por el campo,
danzándole a la gula, al placer…
Hermosos y libres gordos felices.



(Pintura: "Adan y Eva" de Fernando Botero)

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