Me pregunto si alguna vez dejaré de tener insomnio. O si esos hijos premonitorios realmente alcanzarán a nacer o sí sólo vivirán en mi cabeza, en mi estómago y en mi corazón. Los vislumbro cuando me permito ser lo suficiente loca como para visualizarlos, y saber cómo son, los tres, dos hombres y una niña: Alejandro (Lautaro), bonachón, con esa tipo de bondad natural que a ratos parece estupidez, pero que guarda y mantiene una gran fortaleza. Sofía (Fresia), artista, música, rayadora de paredes, color; un alma sensible, alegre, maravillosa. Lucas, el pinganilla, provocador de risas, algo desordenado, pero un buen chico...
Esto es raro, tan raro con encontrarse una palta al lado del Municipal, tan raro como escudriñar en el pasado sin un fin, y notar que las heridas se van cerrando.
Tan raro como leer palabras de un amigo, que parecen clichés, pero que dan ganas de abrazarlo y burlarse al mismo tiempo.
Ten raro como enviar una carta a España, aun destinatario que no he visto, que sé que existe y que imagino vive en un lugar maravillosos, pero que intuyo no es feliz.
Tan raro como marchar por calles estrechas, porque la intendencia no "presto" la alameda, y sentirse contenta, porque el mundo canta, baila y cree que con alegría, trabajo y arte se puede hacer del mundo un lugar bueno.
Tan extraño como presentir que el "compañero" anda cerca, que hoy me invitó a tomar cerveza, y que rechacé por lavar la ropa, porque se me hacía tarde.
Tan raro como pensar que haciendo mil grullas de papel quizá la primavera se manifieste.
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Me pregunto si alguna vez dejaré de tener insomnio. O si esos hijos premonitorios realmente alcanzarán a nacer o sí sólo vivirán en mi cabeza, en mi estómago y en mi corazón. Los vislumbro cuando me permito ser lo suficiente loca como para visualizarlos, y saber cómo son, los tres, dos hombres y una niña: Alejandro (Lautaro), bonachón, con esa tipo de bondad natural que a ratos parece estupidez, pero que guarda y mantiene una gran fortaleza. Sofía (Fresia), artista, música, rayadora de paredes, color; un alma sensible, alegre, maravillosa. Lucas, el pinganilla, provocador de risas, algo desordenado, pero un buen chico...
Esto es raro, tan raro con encontrarse una palta al lado del Municipal, tan raro como escudriñar en el pasado sin un fin, y notar que las heridas se van cerrando.
Tan raro como leer palabras de un amigo, que parecen clichés, pero que dan ganas de abrazarlo y burlarse al mismo tiempo.
Ten raro como enviar una carta a España, aun destinatario que no he visto, que sé que existe y que imagino vive en un lugar maravillosos, pero que intuyo no es feliz.
Tan raro como marchar por calles estrechas, porque la intendencia no "presto" la alameda, y sentirse contenta, porque el mundo canta, baila y cree que con alegría, trabajo y arte se puede hacer del mundo un lugar bueno.
Tan extraño como presentir que el "compañero" anda cerca, que hoy me invitó a tomar cerveza, y que rechacé por lavar la ropa, porque se me hacía tarde.
Tan raro como pensar que haciendo mil grullas de papel quizá la primavera se manifieste.
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