Siendo sincera, a veces te imagino como amante, cómplice y hasta como un novio, y me sorprendo entre quehacer intentando adivinar que es lo que harías, como eres; Y de alguna forma te debo inventar porque hasta llegas a actuar en algunas de mis alucinaciones… Pero supongo que la ñoñes pública no me viene, y el cierto recelo al rosado y a las novelas tildadas con aquel colorido adjetivo me estacan ante la idea de emitir poéticos y hasta folclóricos piropos o declaraciones.
Además estoy harta de este ciclo que no tengo idea cómo detener y de entre las alternativas la más viable y la más tentativa me parece la de escaparme. Pero donde voy, yo me persigo y los sentimientos conmigo, entonces no hay descanso, ni de lo que siento ni de lo que imagino, ni de lo que soy y mucho menos de ti; Ni de aquello que no me atrevo a sentir. Y me dan ganas de gritártelo, y hasta llego a sospechar que es la cura. Pero el ser racional, negativo o hasta esperanzador, que me constituye, me detiene. Por que una cosa es ir destartalada por la vida, con el pelo enredado, poco dinero, sin saber a ciencia cierta que hora es y dudando de la fecha exacta, pensando en que podría ser la vida mientras cruzo una calle; Y otra muy distinta es decirte que quizá te quiero, que quizá siempre te he querido y el querer, mientras creía no sentirlo, se me alojo entre el colón y el estómago como un tipo de parásito y ya no sé como sacármelo. Y con un solo toque se volvió sintomático y ahora tengo que aguantármelo, aguantarte y hasta aguantarme.
Supongo que soy un cúmulo de lamentos; de ilusiones, alucinaciones y de controles; Porque me han dado ganas de tirarme a tu cuello y a ratos he tenido las intenciones de buscar las palabra para decir lo que siento; Pero no me sale, por la experiencia, el orgullo y las confusiones mentales; No es el miedo a fracasar o al rechazo, es el volver a caer con la misma piedra, porque eso es de idiotas y yo intento no ser una. Además sospecho más que no me quieres y llego a dudar enormemente que algunas vez llegues a hacerlo, y yo no quiero eso, mis anhelos románticos van más por otros lados, por los de correspondencia, pasión y autoentrega. Porque a amar no se le puede obligar a nadie y por más que uno aprenda a hacerlo, yo creo que la atracción no se crea, solo surge y acá parece que ya no se dio y yo no quiero eso, yo quiero vivir otro amor, uno entero y por estos años no pienso transar en eso.
Y es que yo podría quererte, pero más te odio, por amable y mentiroso, por descortés y hermético, por compartidor y no cumplidor, por lejano y a ratos insinuador, sabiondo y confesor; Pero supongo que más te odio, porque por más que lo intento no logro borrarte, ni mucho menos sanarme.
..................................
Del baúl de los recuerdos
No hay comentarios.:
Publicar un comentario