Carta de amor

En la biblioteca de Santiago, hicieron un concurso de cartas de amor; Yo de ociosa, con panoramas tales como ir a la Católica a ver películas gratis y deambular por las calles de Santiago, me propuse vestirme de rosa, ordenar mi escritorio, quitar la música rock y adentrarme en el personaje de una inspirada enamorada… Lo intente, así que escribí un bosquejo, en la madrugada y con “Los Tres” sonando, pero como por estas fechas doy prioridad a los paseos y tengo la tendencia a inventar donde salir a gastar plata en micro y beneficiarme del aire acondicionado de edificios varios, olvidé tipiar el bosquejo y sin darme cuenta me fui de vacaciones, olvidando aquella imagen creada en mi cabeza de mí ganado el concurso, con un par de amigas riendo ante la pregunta de quién fue el ente inspirador y yo inventando algún tipo de respuesta que no sonara tan a excusa como la imaginación. Así que a la vuelta del Tour 2009, el tiempo de entrega había caducado y yo me quede con el bosquejo en mi desquiciado cuaderno, así que para que aquel tiempo que invertí en mi creación no se pierda por completo lo traspaso acá, para que de alguna forma este publicado:


Siendo sincera, a veces te imagino como amante, cómplice y hasta como un novio, y me sorprendo entre quehacer intentando adivinar que es lo que harías, como eres; Y de alguna forma te debo inventar porque hasta llegas a actuar en algunas de mis alucinaciones… Pero supongo que la ñoñes pública no me viene, y el cierto recelo al rosado y a las novelas tildadas con aquel colorido adjetivo me estacan ante la idea de emitir poéticos y hasta folclóricos piropos o declaraciones.

Además estoy harta de este ciclo que no tengo idea cómo detener y de entre las alternativas la más viable y la más tentativa me parece la de escaparme. Pero donde voy, yo me persigo y los sentimientos conmigo, entonces no hay descanso, ni de lo que siento ni de lo que imagino, ni de lo que soy y mucho menos de ti; Ni de aquello que no me atrevo a sentir. Y me dan ganas de gritártelo, y hasta llego a sospechar que es la cura. Pero el ser racional, negativo o hasta esperanzador, que me constituye, me detiene. Por que una cosa es ir destartalada por la vida, con el pelo enredado, poco dinero, sin saber a ciencia cierta que hora es y dudando de la fecha exacta, pensando en que podría ser la vida mientras cruzo una calle; Y otra muy distinta es decirte que quizá te quiero, que quizá siempre te he querido y el querer, mientras creía no sentirlo, se me alojo entre el colón y el estómago como un tipo de parásito y ya no sé como sacármelo. Y con un solo toque se volvió sintomático y ahora tengo que aguantármelo, aguantarte y hasta aguantarme.

Supongo que soy un cúmulo de lamentos; de ilusiones, alucinaciones y de controles; Porque me han dado ganas de tirarme a tu cuello y a ratos he tenido las intenciones de buscar las palabra para decir lo que siento; Pero no me sale, por la experiencia, el orgullo y las confusiones mentales; No es el miedo a fracasar o al rechazo, es el volver a caer con la misma piedra, porque eso es de idiotas y yo intento no ser una. Además sospecho más que no me quieres y llego a dudar enormemente que algunas vez llegues a hacerlo, y yo no quiero eso, mis anhelos románticos van más por otros lados, por los de correspondencia, pasión y autoentrega. Porque a amar no se le puede obligar a nadie y por más que uno aprenda a hacerlo, yo creo que la atracción no se crea, solo surge y acá parece que ya no se dio y yo no quiero eso, yo quiero vivir otro amor, uno entero y por estos años no pienso transar en eso.


Y es que yo podría quererte, pero más te odio, por amable y mentiroso, por descortés y hermético, por compartidor y no cumplidor, por lejano y a ratos insinuador, sabiondo y confesor; Pero supongo que más te odio, porque por más que lo intento no logro borrarte, ni mucho menos sanarme.
..................................
Del baúl de los recuerdos

No hay comentarios.: