Vaso medio vacío

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Han sido poco gratos los últimos días, más bien por mi posición ante el mundo que por los hechos; Tengo ganas de tirarme en el pasto, mirar el cielo y esperar que mi alma alcance mi cuerpo…

Es raro como la tristeza invade el organismo, sin mayor motivo, aprovechando una grieta en la armadura, ingresa, se anida y comienza a crecer, tal cual bacteria, a una velocidad impresionante… Al parecer el alma (o lo que queda de ella) se defiende, de una forma extraña, donde el enojo la hace de salvavidas o quizás de hasta instrumento nocivo.

Es impresionante el poder de la perspectiva, como a veces los mismos hechos o situaciones causan estragos y otras sólo se viven, con pasividad y la frente en alto.

1 comentario:

J.L.Ramos dijo...

Quizá es la primavera que se acerca... la tristeza del invierno queda... como nuestros cuerpos tienden a seguir estáticos mientras el bus en el que vamos comienza su marcha... sobretodo en el transantiago...

Quizá son las exigencias de aprender las que se roban nuestro tiempo y ánimo de hacer miles de otras cosas...

O quizá simplemente no es nuestro tiempo de actuar... pero ya será... ya será... cuando nuestro actuar realmente tenga efecto... cuando nuestro hacer vaya mas allá que un simple "podría ser" a un definitivo "así será de ahora en adelante...

Pero eso hay que cultivarlo... y estamos en ese proceso...

Chutas!!! no sé lo que dije pero suena bonito!!!

Ja! un abrazo!!! y ánimo... vamos que se puede!!!