Catarsis...

El año pasado cuando hubo paro en la U, por la revolución pingüino y la derogación de la L.O.C.E , fui a todas las asambleas, incluso fui a algunas de otros departamentos, por puro amor a la información y un tantito a la revolución.

Hoy cuando iba a clases, vi un montón de pancartas en el Peda: “Básica en paro”, “¿Dónde están los 15.000 millones”, “¿Dónde está la nueva biblioteca?”, “Historia en paro”, “Castellano en paro”, etc. Y yo con clases normales, había una asamblea en mi depto. a la una; yo preferí ir a almorzar. Un compañero de historia algo me informó sobre la contingencia nacional, pedagógica y universitaria, en una palabra: Estafa.

Me carga que pase esto, al parecer el paro es inminente y extrañamente no quiero.

Detesto los finales de semestre; Ya se acerca, el tiempo se agota, el humor colectivo disminuye, las tarde tirados en el pasto -o en cualquier otro lugar, en su defecto- dejan de existir, la vida social se ve enormemente afectada y las oportunidades para que duelan los abdominales de tanto reír disminuyen notoriamente.

Estudio, estudio, tardes pegada ante un libro, un lápiz mina, un montón de hojas y la goma. Trabajos lateros y el tener que dedicarles tiempo…

Además están las derrotas, las propias y la de los amigos, a los que expulsan por cálculo y el miedo colectivo se va agigantando. El asado de los de Física por “los caídos”, filas interminables ante las oficinas de los profesores. Los paranoicos mitos de pasillos…

Quiero terminar pronto el semestre, que esto se acabe y seguir con el paso siguiente.

A veces dudo; No me gustan estos procesos, por lo general cuando dudo, lo hago de mis “pensamientos positivos”, de aquellos del tipo: “Cuando se cierra una puerta se abre una ventana”, o clichés por el estilo.

A veces soy demasiado… no encuentro el adjetivo preciso ¿Ilusa? Por eso a veces dudo, no me la compro. Me dura poco, una tarde, dos días, luego la fe arraigada a mi alma me intoxica y vuelvo a ver el mundo en colores, parecida a la perspectiva, resignación y sentido del honor de un protagonista de tragedia griega y/o con la ironía de un bufón.

Estoy resfriada, con una lista enorme de actividades por hacer, como estudiar para las tres pruebas de esta semana, el portafolio que tengo que terminar, los tres trabajo que aún no comienzo, el aseo de mi pieza, la limonada que me hace falta y el anti-inflamatorio que deseo automedicarme. Pero estoy con ganas de hacer catarsis…

A veces el miedo es un agente en extremo limitador. El año pasado mi profesora de psicología nos hizo “conversar con nuestro cuerpo”, el objetivo era descubrir aquello que nos hacia menos felices; se suponía que una parte de nuestro cuerpo, donde más sentimos, nos diría tres causas y luego la que era más destructiva; A mí, mi pecho sólo me dijo una: “El miedo”.

Resurge una cita:

“Dios es el Dios de los valientes”.

¿Cuál es la diferencia entre un loco y un valiente?

1 comentario:

Natho47 dijo...

Hay que estudiar y luchar paralelamente.Me recuerdo de mis agitados días universitarios,cuando luchábamos contra Pinochet,años hermosos de épica y pasión.
¡no puedes ir a almorzar cuando hay asamblea!